lunes, abril 29, 2024
Opinión

Melquiades el gitano visionario

Por: Enrique De Luque

Estamos viviendo la cuarta revolución: la transformación al mundo digital, pasamos ya por la revolución francesa, revolución industrial, la internet y hoy estamos inmersos en el mundo digital, la inteligencia artificial, todo esto plasmado en un recorrido histórico en donde el ser humano a través de la búsqueda constante de satisfacer sus necesidades, plantea soluciones creativas con propuesta innovadoras, lo cual nos ha conducido a una renovación constante y dinámica en la manera en que nos comunicamos, negociamos y producimos hasta el punto que hemos logrado extender nuestro promedio de vida, siempre la humanidad ha sido visionaria.

Melquiades el gitano, que visitaba a Macondo el pueblo descrito por Gabriel García Márquez en cien años de soledad, lo hacía pregonando los últimos inventos, es así como presento la lupa y declaro que muy pronto los habitantes de estas tierras extraviadas podrían ver el mundo sentados desde sus casas, razón tenía el gitano hoy usted gracias a los avances tecnológicos obtiene toda la información para conocer el mundo; José Arcadio Buendía quería construir la máquina de la memoria, hoy hablamos de inteligencia artificial todos estas visiones son una realidad.

Ahora bien, en política nos estancamos, no hay transformaciones, no existe esa misma dinámica ni evolución, el motivo de esta afirmación es la misma historia, es solo hacer un rápido recorrido por la antigua Roma donde encontrarnos con personajes como: Cayo Mario y Lucio Cornelio Sila, los cuales vivieron antes de cristo, para ver como desde esa época la puja por obtener el poder político estaba rodeada de artimañas y triquiñuelas, que aún hoy persisten, que decir entonces de Maquiavelo que es todo un manual para ejercer la actividad política.

La transformación y evolución de los pueblos no ha sido ni será decisión de unos cuantos, es la disposición y la voluntad del colectivo por lo tanto, para cambiar la política tradicional en Colombia y en nuestras regiones, los que debemos cambiar somos nosotros los electores y no los políticos. No vendas tu voto, estudiemos las hojas de vida de los candidatos, castigo moral y ético para todos aquellos que atente contra el erario público, muerte política para el infractor y su familia, a ver si los honorables inician por cuidar su buen nombre y apellido para no inhabilitar a ningún miembro de su núcleo.

Como el gitano llegaran los tiempos de verdadero desarrollo de los pueblos, cuando sus ciudadanos ejerzan el poder de elegir de una manera más sensata y honesta, pensando en el bien general aparatándose de lo individual.

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