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El mejor regalo para Luis Enrique y Rosalbina

Al escuchar el clásico vallenato “Bodas de Plata” grabado por Luis Enrique Martínez en 1973 y luego por Jorge Oñate el siguiente año, se podría pensar que la canción fue compuesta por su protagonista, el Pollo Vallenato. Sin embargo, esta bella obra, es de la autoría de Armando Zabaleta, uno de los invitados a la fiesta que motivó este memorable paseo vallenato.

Más allá del relato de la parranda, de los invitados y de los regalos, Zabaleta expresa el significado de la unión matrimonial en el marco de la religiosidad, una verdadera oda al amor, plasmada en la armonía musical del acordeón, la caja y la guacharaca.

Es indudable que para Luis Enrique y su esposa Rosalbina Serrano, esa celebración sería una fecha inolvidable en sus vidas, pero el sello que impuso el compositor patillalero al inmortalizar ese sublime acto, fue quizá el mejor regalo que pudieran recibir como una verdadera muestra de amistad y cariño.

En este canto no solo se elogia al amor de pareja, también se exalta la amistad, esos amigos que se hicieron presentes en aquella fiesta linda donde sonaron los acordeones más famosos de la región, y aunque la parranda era la casa de Luis Enrique, la alegría se extendió por todo el pueblo copeyano que acompañó la celebración por varios días.

Después del famoso encuentro de acordeoneros propiciado por García Márquez en su natal Aracataca, y que según algunos folcloristas sería inspiración para el primer Festival de la Leyenda Vallenata, podría decirse que Luis Enrique logró reunir, entorno a él y a su esposa, a los mejores intérpretes del vallenato clásico de la época de los 70 en el patio de su casa, debajo de una enramada. Alejo Durán, Colacho Mendoza, Abel Antonio Villa, Andrés Landero, Pacho Rada, Ismael Rudas y los hermanos López, acudieron a la invitación en aquella legendaria casa a la que también se hicieron presentes los compositores Armando Zabaleta, Freddy Molina, Adolfo Pacheco, Juancho Polo Valencia, entre otros.

Luis Enrique Martínez, nació en Fonseca, La Guajira, pero cuando tenía 13 años, su familia se mudó para Fundación, Magdalena, donde trabajó en labores del campo y también como aserrador, para luego dedicarse de lleno al acordeón en su adolescencia. Se conoció con Rosalbina Serrano en El Copey, Cesar, tierra donde esta mujer, oriunda del departamento de Bolívar llegó a vivir con su familia. Al poco tiempo de noviazgo se casaron y decidieron formar su hogar en esa población.

Por Alba Quintero Almenárez

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