miércoles, abril 24, 2024
Nacional

Inpec denunció que la comida en las cárceles no cumple con condiciones sanitarias

Desde el Ministerio de Justicia se hizo un llamado a los contratistas para que mejoren las condiciones de los alimentos y se proteja la salud de los presos.

El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) expresó su preocupación por las precarias condiciones de salubridad en las que los alimentos son entregados a los reclusos del país, pues denunciaron que en las últimas semanas se viene presentando varias irregularidades que ponen en peligro la salud de las personas, entre ellas están: alimentos en descomposición, reducción de las porciones de proteína y sitios inadecuados para la preparación de las comidas.

De acuerdo con un documento emitido por la entidad, se revela que el 86 % de los centros carcelarios reportan incumplimiento en el gramaje de los alimentos, más exactamente en las porciones de proteína, el 81 % reportan alimentos en estado de descomposición, incluso hasta con gusanos, y el 39 % no cumplen con las medidas sanitarias mínimas.

Respecto al gramaje, el punto de referencia se toma con 67 gramos de proteína animal y se descubrió que, por ejemplo, el 21 de enero en la cárcel de Palmira se sirvieron solamente 29 gramos por plato; en Popayán 49, y en Yarumal 59.

Asimismo, se encontró que en algunas cárceles los alimentos se preparan sobre aguas estancadas, sin el correcto almacenamiento y con una estructura para la preparación que requiere mantenimiento. Según las cifras, el 70% de la estructura nacional que garantiza la buena preparación de los alimentos requiere mantenimiento preventivo y correctivo.

Además, se suma que el 39% de los centros de reclusión reportaron incumplimiento de las condiciones mínimas de higiene y limpieza para preparar la comida.

Desde el Ministerio de Justicia se manifestó la gran preocupación que se tiene respecto al tema, puesto que son varias las denuncias que se han presentado últimamente.

“En una reunión que sostuve con la USPEC (Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios) y contratistas que suministran alimento a los centros de reclusión, hice un fuerte llamado de atención a estas empresas por las irregularidades que se vienen presentando en la ejecución de dichos contratos”, afirmó el ministro de Justicias, Wilson Ruiz Orejuela.

El documento del Inpec también informó que el 51% de los operadores no cuentan con los equipos necesarios para la preparación de la comida, pues utilizan ollas dañadas y sucias o equipos obsoletos, y, como si fuera poco, se presentan irregularidades en el transporte y entrega de los alimentos.

“Es absolutamente impresentable que se registren situaciones como estas, encontrar que los operadores entregan alimentos en descomposición, o que hay reducción en las porciones de proteína, además de que los sitios de preparación de la comida son inadecuados y no cumplen con las normas de salubridad, no se puede tolerar”, añadió el funcionario.

Finalmente, el informe detalló que el 38% de los centros penales no cuentan con el personal especializado en nutrición que garantice una adecuada selección de la comida para los internos y que, el 13% del personal que manipula los alimentos, reportó horarios de trabajo excesivos.

El ministro confirmó que se pidió acompañamiento especial de la Procuraduría para que se investiguen los hechos y se garantice un proceso adecuado para elegir a los nuevos prestadores del servicio de alimentación. Hay que tener en cuenta que las empresas no solo suministran alimentos para cárceles y penitenciarias, sino también a estaciones policía.

“He luchado por bajar el hacinamiento carcelario, mejorar las condiciones de las personas privadas de la libertad, y contribuir de esta y otras formas a los procesos de resocialización. Soy un defensor de los Derechos Humanos y desde el Ministerio de Justicia he buscado que a las personas privadas de la libertad se les trate con dignidad, así me gane enemigos por hacerle frente a estas irregularidades.”, concluyó.

El ministro Ruiz finalmente hizo un llamado para que los actuales contratistas cumplan y mejoren inmediatamente las condiciones y los alimentos que se entregan, pues considera que una cosa es el beneficio económico por el trabajo y otra muy diferente es sacrificar la salud de los humanos por la ambición.

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