domingo, abril 28, 2024
Nacional

En Santa Marta, mujer que pidió exhumar restos de su bebé, solo encontró un pañal, jeringas y sondas

Una serie de anomalías durante el parto, llevaron a la madre a pedir que le dejaran ver el contenido del cajón en el que había sido sepultado su bebé y se llevó la horrible sorpresa de que, en lugar del cuerpo de su hijo encontró insumos médicos.

Dana Manjarrés Vega, una mujer de 23 años, acudió el pasado 1 de julio de 2020 a la Clínica del Prado, en la ciudad de Santa Marta, tras presentar complicaciones en su séptimo mes de embarazo. Allí, la mujer fue inducida a un coma para realizarle una cesárea. Sin embargo, de acuerdo con el diario El Heraldo, los doctores informaron posteriormente que el niño había fallecido.

“Me tuvieron que inducir en coma y el 2 de julio me hicieron una cesárea. A mi mamá le dijeron que al niño lo iban a meter a UCI porque era prematuro”, aseguró Manjarrés en entrevista con el medio local.

El 7 de julio, a las 11 de la noche, la madre de la joven recibió una llamada de la clínica para informarle que el menor debía recibir una transfusión de sangre, y a las 2:50 de la mañana, del 8 de julio, les notificaron que el niño había muerto.

“A mi mamá no le dejaron ver nunca el cuerpo y lo entregaron en un cajón sellado. El día que lo sepultaron en el cementerio de Gaira, mi tía decidió abrir el féretro y, al tocarlo, se topó con una bolsa plástica y nunca sintió el cuerpo”, relató Dana Manjarrés al diario.

Dana fue dada de alta el 12 de julio y, un mes después de su pérdida el 8 de agosto de 2020, recibió la llamada de una psicóloga de la Clínica, quien, en la conversación, le generó dudas respecto a lo que había sucedido con su bebé.

“Ella me preguntó por mi estado de salud, yo le respondí que estaba triste y me dijo que si era porque no me habían entregado a mi hijo de la UCI. Luego dijo que se equivocó y me colgó”, detalló Manjarrés.

Desde entonces, la madre empezó a hacer pesquisas y encontró inconsistencias en algunos documentos sobre el deceso de su bebé. La mujer le contó a El Heraldo que tiene un certificado, con el número 16145051, en el que consta que su hijo nació vivo, pero la clínica le reportó a la Supersalud un informe distinto con el código 16145061-1. “Los números no coinciden y, además, el 15 de julio le practicaron una prueba Covid-19 que salió negativo. Si para esa fecha mi hijo ya estaba sepultado ¿a quién le hicieron la prueba?”, se preguntó Dana.

Ante las anomalías, buscó un abogado e instauró las denuncias correspondientes ante la Superintendencia de Salud y la Fiscalía Seccional Magdalena debido a todo lo extraño de la situación.

El Fiscal 34 de Santa Marta, que asumió el extraño caso de Dana, ordenó que se procediera con la exhumación del cuerpo del menor, con el fin de realizar la verificación de los restos y hacer una prueba de ADN.

Y así fue como, el pasado 26 de enero, investigadores del grupo de criminalística del CTI de la Fiscalía, acudieron al cementerio San Jacinto de Gaira para realizar el procedimiento judicial, pero lo que encontraron llenó más de asombro e incertidumbre a la mamá del niño.

“Solo había un montón de plástico, se encontró un pañal, una jeringa, una sonda y no se encontró un hueso. Eso se lo llevaron para hacerle pruebas. Por más que se haya desecho, al menos hubieran encontrado rastros del cráneo o un hueso, pero no fue así”, indicó la madre.

Tras conocerse el caso, Noticias Caracol también entrevistó a Dana, en donde ella afirmó: “no sé lo que pasa, no entiendo nada. Mi corazón de madre me dice que mi bebé no ha muerto y yo solo quiero que se sepa la verdad para que termine esta pesadilla sin fin”, dijo Dana.

El diario El Heraldo, que estuvo haciendo seguimiento de este caso, acudió a las instalaciones de la Clínica El Prado para saber si tienen algún pronunciamiento, pero el medio de comunicación indicó en su publicación que el vigilante no los dejó ingresar y les informó que por el momento la clínica no se va a pronunciar por ese hecho.

La última palabra la tiene Medicina Legal, entidad que deberá certificar si lo que encontraron en el pequeño ataúd, que fue entregado a los familiares, corresponde a los restos óseos del infante y así terminar con la angustia y el dolor de la joven madre.

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