¿Puede haber una guerra tras ataque de Irán a bases que usaba EE. UU.?

Irán llevó a cabo en la madrugada de este miércoles un importante ataque con misiles contra bases militares en Irak en las que estaban desplegados soldados estadounidenses. Hasta el momento no se han reportado datos oficiales de muertos, ni del lado iraní ni de EE. UU. ¿Podría ser el comienzo de una guerra? Abecé sobre el ataque y la creciente tensión en Oriente Próximo.

¿Por qué Irán decidió lanzar un ataque?

El viernes pasado, el general Qasem Soleimani y el número dos de Hashd al Shaabi (paramilitares iraquíes pro-Irán ahora integrados al Estado iraquí), Abú Mehdi al Mouhandis, murieron en un ataque aéreo ordenado por el presidente de EE. UU., Donald Trump, en Bagdad (Irak).

El asesinato se produjo tres días después de un ataque a la embajada estadounidense en Bagdad por parte de partidarios de Hashd al Shaabi, en protesta por un atentado de EE. UU. contra bases de la facción proiraní más radical de esa milicia.

Ante la muerte del general, el guía supremo iraní , Ali Jamenei, y el presidente, Hassan Rohani, llamaron a vengar la muerte de Soleimani. Y en las calles, una multitud de iraníes pidieron también represalias. El ataque fue la respuesta al asesinato de Soleimani.

¿Quién era Soleimani?

Jefe de la Fuerza Quds, unidad de élite encargada de las operaciones exteriores de los Guardianes de la Revolución (el ejército de élite iraní), el oficial fue el arquitecto de la estrategia expansionista de Irán en Oriente Próximo.

Soleimani estuvo muy presente sobre el terreno en otros países apoyando a grupos como el libanés Hizbulá, el iraquí Multitud Popular, el palestino Hamás y el yemení Ansuralá, así como al régimen sirio de Bashar al Asad, todos contrarios a EE. UU.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, afirmó que el operativo contra Soleimani se dio porque el general estaba preparando una «acción importante» que amenazaba «cientos de vidas estadounidenses».

¿Cómo ocurrió la arremetida de este miércoles en Irak?

La arremetida se centró contra las bases aéreas de Ain al Asad (oeste) y Erbil (norte). Teherán atacó poniendo especial cuidado en los símbolos: sus disparos se produjeron a la hora exacta en la que un ataque con dron acabó con la vida del general Soleimani.

Con todo, al parecer los tiros iraníes no dejaron ningún muerto.

¿Qué impacto tuvo el ataque?

La magnitud de la denominada ‘Operación Mártir Soleimaní’ es incierta. Según los medios oficiales iraníes, el ataque provocó el incendio de varios aviones estadounidenses y víctimas, que la agencia Tasnim cifró en 80 militares de EE. UU. Sin embargo, estos datos no han sido confirmados ni por las autoridades iraníes ni estadounidenses.

¿Qué buscaba Irán con el ataque a las bases militares?

Según varios analistas, el Gobierno iraní se apresuró a responder para contentar a su opinión pública. Eso sí, lo hizo mesurando su respuesta para evitar desencadenar una confrontación a gran escala con su archienemigo, EE. UU.

«Con estos ataques, Teherán mostró su capacidad y su determinación para responder a los ataques estadounidenses, dando la cara, pero poniendo cuidado al elegir sus objetivos para evitar causar víctimas y provocar, así, una reacción de Trump», apuntó Annalisa Perteghella, especialista en Irán en el instituto de análisis geopolítico italiano Ispi.

¿Puede haber una guerra?

El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, afirmó después del ataque que su país no busca “la escalada o una guerra”, pero que se defenderá “de cualquier agresión”.

Asimismo, la Guardia Revolucionaria subrayó que el ataque es «un primer paso de su dura venganza» y que cualquier acción de EE. UU. «enfrentará una respuesta más dolorosa y aplastante».

Por su parte, Jameneí indicó que los misiles son «una bofetada».

«Esas medidas militares no son suficientes para nuestra venganza. Lo que es importante es eliminar y acabar con la presencia corrupta de EE. UU. en esta región», aseveró el líder en un discurso en la ciudad de Qom, sede de los mayores seminarios chiíes.

Pero de acuerdo con especialistas, el ataque iraní fue una respuesta calibrada con cuidado y que podría calmar los ánimos y alejar la amenaza de escalada entre Teherán y Washington.