La macabra historia detrás de la desaparición y muerte de un cabo del Ejército

Durante tres años y medio, la desaparición del cabo del Ejército, Arturo de Jesús Menco Díaz, ocurrida el 30 de diciembre de 2013, había sido un misterio, hasta que las autoridades capturaron a Wilmer Rivero Carvajalino, quien tras llegar a un preacuerdo con la Fiscalía, confesó como lo asesinó.

Rivero Carvajalino, detenido en la cárcel judicial de Valledupar, dijo que fue él quien lo asesinó y dejó el cuerpo sepultado a dos metros de profundidad en un paraje rural del municipio de San Diego, norte del Cesar, pero bajo órdenes de un socio del militar en un negocio de gasolina de contrabando.

Señaló que el crimen lo cometió por orden de Eider Ríos Durán, un comerciante natural de Ocaña, Norte de Santander, conocido como ‘El Cachaco’, con quien el militar tenía un negocio de transporte de gasolina procedente de Venezuela.

La Fiscalía reveló que el cabo Menco estaba adscrito al Grupo de Caballería Mecanizado No 2 Coronel Juan Rondón, con sede en Buenavista, La Guajira, y con dos vehículos en sociedad con Eider Ríos Durán transportaban combustible de contrabando. Sin embargo, señala el organismo, que el cabo Menco fue trasladado a San José del Guaviare, por lo que decide llamar a su socio para que le entregara el dinero que le correspondía.

Ríos le puso una cita en las afueras de Valledupar vía al municipio de La Paz, donde lo esperaba junto a Wilmer Rivero, los tres suben a un vehículo y en el camino al corregimiento de Media Luna, Rivero le dispara al militar por orden de ‘El Cachaco’, quien le entregó el arma y ofreció $2 millones para que cometiera el asesinato, a fin de quedarse con el negocio. MB