miércoles, mayo 15, 2024
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Yo perdono a los asesinos de mi hijo y espero en Dios su divina justicia: madre de taxista

Después de 20 años, Edilsa Antonia Ramírez se enteró de los detalles de la muerte de su esposo, Manuel Segundo Jiménez, quien pereció en un aparatoso accidente de tránsito en carreteras del Cesar el 10 de octubre de 1998. El relato de la  persona que intentó auxiliar a su marido en aquel entonces, para evitar que se quemara, tras incendiarse el vehículo en que viajaba, la llevó a la clínica con un pre infarto.

Solo pasó una semana de revivir esa historia, que sus hijos por amor le ocultaron, cuando de nuevo está sumergida en una tragedia. Su ‘Mede’, el hijo que nunca se separó de ella y que lo tenía todos los días en casa, fue asesinado, al parecer, por robarle un dinero que se había ganado en un chance.

Pese a que la desaparición del taxista Sneder de Jesús Jiménez Ramírez se registró desde el pasado viernes,  a Toña, por sus quebrantos de salud, todo el tiempo se lo ocultaron; sin embargo, esa conexión que existe entre las madres con sus hijos, le indicaba que algo no estaba bien y comenzó a notarlo cuando al segundo día, el almuerzo de su Mede quedó en la mesa. “Mede no almorzó”, le dijo a una de sus hijas, quien se lo disfrazó diciéndole que había comido en la calle.

Mientras el resto de la familia permanecía en la búsqueda del hombre de 51 años, descrito como un ser noble y bueno, a Toña  le llamaba la atención el aumento de las visitas a su casa, por eso ante el temor de que alguien se lo dijera sin ‘anestesia’, el domingo en la tarde, con la ayuda de una médica de la familia,  le contaron que su hijo estaba desaparecido.

Su reacción fue orar y  esperar en Dios su voluntad, pero con la esperanza que Sneder regresaría por sus propios pies y que esa pesadilla acabaría. El lunes a la 1:30 de la tarde, se confirma su muerte, al identificar  el cadáver que en estado de descomposición fue encontrado en el corregimiento de La Mesa.

Rodeada de nuevo de sus hijos y hermanos a Toña la preparan para darle la más triste de las noticias. Después de sumergirse en un llanto eterno y con una voz firme solo dijo “yo perdono a los asesinos de mi hijo y espero en Dios su divina justicia”.

El adiós

Al igual que como su esposo, Toña tampoco pudo ver a su hijo en el ataúd. Por la descomposición del cuerpo del taxista, no fue posible llevarlo a una funeraria, sino que tocó sepultarlo de manera inmediata en el cementerio El Ecce Homo este martes a las nueve de la mañana, en medio del dolor de cientos de personas que llegaron a darle el último adiós.

La investigación

Las autoridades han informado que las investigaciones van por buen camino y se espera que muy pronto se capturen a los responsables. Los videos de las cámaras de seguridad en algunos de los sitios donde se movilizó el taxista en su recorrido hacia la muerte y el testimonio de una mujer amiga que lo acompañaba en el vehículo,  son claves para resolver este misterio.

Sneder de Jesús Jiménez Ramírez, salió el viernes como de costumbre a laborar en el taxi que manejaba. Dentro de los pasajeros que tuvo, recogió a una mujer que dice ser su comadre, a quien llevó a hacer  varias diligencias, entre ellas una a un banco en compañía de un Policía.

“La señora es una comadre a quien él le hizo una carrera, que según cuenta ella, cuando ya la llevaba para la casa, supuestamente a mi hermano lo llaman por teléfono para que lleve una encomienda y decide ir con ella a dejarla y ahí aparece unos tipos que exigían plata. Ella asegura que los amarraron a los dos, pero que la dejan tirada en una trocha de la zona rural y se  lo llevan a él”, dijo una de las hermanas del taxista.

Ese mismo día en las horas de la tarde, el  vehículo de servicio público apareció abandonado entre los barrios Bello Horizonte y La Nevada al noroccidente de Valledupar con los documentos personales de Sneder de Jesús Jiménez Ramírez. El lunes fue encontrado muerto y todo apunta a que fue asesinado desde el mismo día en que desapareció.

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