Cierre de ayudas internacionales pone en riesgo atención de salud a migrantes en Valledupar
En 2020, el Hospital Eduardo Arredondo Daza (HEAD) de Valledupar habilitó el Centro de Salud La Victoria, destinado a atender a migrantes venezolanos y retornados que llegan a la ciudad debido a la crisis en su país. Gracias a un contrato con la Fundación Americares, financiado por USAID, se ofrecían servicios médicos gratuitos, como medicina general, psicología y entrega limitada de medicamentos, especialmente para quienes no tenían documentación ni acceso a una EPS. Sin embargo, con la reciente suspensión de las ayudas internacionales por parte de USAID, la sostenibilidad de estos servicios está en riesgo.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de congelar los recursos internacionales afecta directamente a Colombia y, en particular, a Valledupar, donde más de 39.000 migrantes venezolanos residen. Organizaciones como la OIM y Red Panas, que colaboraban con estos servicios, se ven obligadas a buscar alternativas, aunque enfrentan incertidumbre. Iveth Ibáñez, representante de Red Panas, expresó su preocupación por la población migrante irregular, especialmente mujeres gestantes y personas con problemas de salud mental, quienes ahora podrían quedar desamparadas sin acceso a atención.
Además, la suspensión del trámite del Permiso de Protección Temporal por parte de Migración Colombia ha complicado aún más la situación, pues los migrantes, especialmente niños y adolescentes, no pueden acceder a la educación sin la documentación necesaria.
La comunidad migrante se enfrenta a un panorama incierto, y las organizaciones locales hacen un llamado a las autoridades y entidades internacionales para garantizar la continuidad de la ayuda.
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