10 de octubre , 2024
Variedades

El papa pide que la Iglesia vuelva a acoger y a bendecir en la apertura del Sínodo

El papa Francisco pidió hoy que el Sínodo que comienza este miércoles sirva para que la Iglesia vuelva a ser un lugar de acogida y de bendiciones, durante la misa de apertura de esta asamblea que celebró en la plaza de San Pedro.

En el Sínodo, que abordará temas que determinarán el futuro de la Iglesia católica, participarán 464 miembros, entre obispos y laicos, de los que 364 tendrá derecho a voto, incluidas 54 mujeres por primera vez.

Se tratarán temas como el celibato o la bendición a las parejas LGTBIQ+, lo que ha disparado las críticas del sector conservador, que, además de enviar una carta al papa con sus “dudas”, organizó este martes una rueda de prensa en la que bajo el título de la “babel sinodal” auguró que la asamblea será un desastre para la Iglesia.

En su homilía de hoy, Francisco pareció responder a esas críticas, al explicar que para la Asamblea Sinodal “no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas” y que “tampoco es un parlamento”, sino “que sirve para caminar juntos, con la mirada de Jesús, que bendice al Padre y acoge a todos los que están afligidos y agobiados”.

El papa Francisco en la misa de apertura del Sínodo de Obispos, oficiada en la Plaza de San Pedro del Vaticano
El papa Francisco en un momento de la misa de apertura del Sínodo de Obispos, oficiada este miércoles en la Plaza de San Pedro del Vaticano. EFE/EPA/Giuseppe Lami

Francisco recuerda que el Sínodo no es “una reunión política”

El papa instó a ser “una Iglesia que, con corazón alegre, contempla la acción de Dios y discierne el presente; que, en medio de las olas a veces agitadas de nuestro tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas, no cede a soluciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda”.

Según el pontífice, “la principal tarea del Sínodo” es “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia. Una Iglesia unida y fraterna, o que al menos lo intenta, (…) que no crea división internamente, ni es áspera externamente”.

Además, ante “los temores” que han surgido antes del Sínodo, Francisco quiso recordar que “no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión”. Con EFE

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