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“En mula y moto me llevaron al lugar de cautiverio”: Heriberto Urbina

“Ustedes no tienen idea lo que es estar en manos de esos señores. El primer día en cautiverio fue una pesadilla, dormí en la mitad de una tabla y tenía como almohada la cachucha; estaba en una casa muy sucia en reconstrucción a donde me llevaron en mula y llegamos tipo 10:00 de la noche.

Pero el segundo día fue peor, había una carretilla sucia de cemento debía utilizar para sentarme. Luego a las 6:00 de la tarde salimos en mula a hacer el recorrido hacia el lugar donde me iban a mantener. Yo estaba vuelto nada, ni las piernas podía levantar, me senté en una piedra donde ellos mismos me sostenían para que no cayera mientras buscaban otra mula con la reiniciamos el trayecto.

Me montaron y seguimos el recorrido hasta cierto lugar porque no sabía para donde íbamos. Y no tenía hora, no tenía nada, lo único mío es solo este pantalón que tengo puesto. A las 12:00 de la medianoche, o quizás más tarde, tocó montarme en una moto y en media de un fuerte aguacero seguimos avanzando hasta llegar a un sitio apartado donde viví los peores días de mi vida. Hoy fue un gran día, volví a nacer. Imploro por el cese de la violencia y el secuestro como la humillación más cruel que puede vivir un ser humano”.

Así narró el ganadero Heriberto Urbina Lacouture, al momento en que llegó hasta su lugar de residencia en el municipio de Chiriguaná, Cesar, luego de ser liberado la noche del pasado martes en Norte de Santander.

Familiares, amigos y vecinos lo recibieron con aplausos, y entre los presentes se escuchó “Bienvenido a su casa patrón”. De inmediato se confundió entre los abrazos de su esposa y allegados. Urbina lucía barbudo, con una camiseta manga larga de color negro, gorra y el mismo pantalón gris que tenía puesto el día del plagio, el pasado 24 de abril en el municipio de Curumaní, cuando iba a una de sus propiedades.

Su búsqueda siempre estuvo orientada hacia el Norte de Santander, específicamente en Catatumbo, donde precisamente fue entregado a uno de sus hijos, en la vereda Honduras de esta localidad.

El ganadero y empresario, habría sido secuestrado por el Ejército de Liberación Nacional, ELN; sin embargo, Eduardo Esquivel, secretario de Gobierno del Cesar, no lo confirmó, ya que se encuentran en la etapa de investigación. Lo que si manifestó el funcionario, es que no fue necesario el pago de la recompensa de 50 millones de pesos y desconoce si sus familiares negociación con los captores.

MISIÓN HUMANITARIA

La misión humanitaria, liderada por la Defensoría del Pueblo y la Iglesia Católica llegó hasta la región del Catatumbo, para acabar con la pesadilla que se prologó por más de mes y medio.

Urbina pudo haber sido la persona con mayor edad en cautiverio en el mundo, lo que a todas luces se constituyó en una clara violación a sus derechos y una flagrante infracción al Derecho Internacional Humanitario.

“Saludamos con complacencia el regreso a la libertad del señor Urbina y el hecho de que pueda retornar al seno de su hogar, sano y salvo, luego de que fuera entregado a la misión humanitaria en la región del Catatumbo”, aseguró el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis.

La Defensoría del Pueblo mantendrá abiertos sus canales humanitarios y sus equipos dispuestos en todos los territorios de la geografía nacional para que todas las personas privadas de la libertad por los grupos al margen de la ley en Colombia puedan retornar, también con su integridad salvaguardada, a sus hogares y actividades cotidianas.

SU SALUD ES ESTABLE

Heriberto Urbina, hijo del empresario, reiteró que su padre está bien de salud, solo un poco cansado y agobiado por la difícil situación vivida. “El doctor Carlos Camargo propició todo para el contacto con el grupo que tenía a mi padre”. La Defensoría del Pueblo fue la principal mediadora entre la familia y el grupo armado al margen de la ley, quienes finalmente garantizaron el reencuentro con su papá finalizando la tarde del pasado 6 de junio.

Él está bastante bien, pese a que tuvo quebrantos de salud durante el cautiverio, según le contó su padre, ya que habría sufrido una fuerte caída y en algunos momentos no pudo pararse de la cama. También vivió episodios de depresión durante los primeros días de secuestro, ya que pensó que nunca saldría de esa pesadilla.

“Parece que al principio hubo algo de maltrato, después mejoraron el trato. La angustia que vivimos los familiares fue muy grande, ya que no sabíamos si lo estaban tratando bien y suministrando los tratamientos médicos; nos sentíamos también secuestrados como familia, nos tocó bastante duro, la zozobra, el tema de vivir unas negociaciones con unas amenazas”, afirmó.

El secretario de Gobierno Departamental, Eduardo Esquivel, manifestó que: “para la Gobernación es una alegría que Don Heriberto Urbina ya esté libre, lo necesitamos sano y en casa”.

Ayer a las 2:00 de la tarde se llevaría a cabo un consejo de seguridad con representantes de la fuerza pública para analizar las condiciones en las que fue liberado el ganadero, pero además para establecer estrategias que permitan garantizar la seguridad en el sur del Cesar.

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