jueves, abril 25, 2024
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El Papa y otros líderes religiosos hacen un llamado a poner fin a la «pesadilla nuclear»

Frente a la amenaza de que puedan utilizarse armas nucleares en la guerra de Rusia contra Ucrania, el Papa Francisco y otros líderes religiosos reunidos en Roma, hicieron un llamado a la paz y a poner fin a la “pesadilla nuclear”.

La ceremonia, realizada el Coliseo Romano, fue la culminación de una conferencia sobre la promoción de la paz mundial. La Comunidad de Sant’Egidio, una organización benéfica católica estrechamente vinculada al Vaticano, organizó el evento de tres días en la capital italiana.

En sus comentarios a los participantes, Francisco señaló que el papa Juan XXIII instó a los líderes gubernamentales hace exactamente 60 años, durante la crisis de los misiles cubanos entre Estados Unidos y Rusia, a evitar que el mundo sufriera un holocausto nuclear.

“Suplicamos a todos los gobernantes —expresó San Juan XXIII— que no permanezcan sordos al grito de la humanidad. Que hagan cuanto esté de su parte para salvar la paz; así evitarán al mundo los horrores de la guerra, cuyas terribles consecuencias nadie puede prever”.

“Promover, favorecer y aceptar negociaciones a todos los niveles y en cualquier tiempo es una medida de sabiduría y de prudencia que atrae las bendiciones del Cielo y de la Tierra”, dijo el santo.

“Sesenta años después, estas palabras suenan sorprendentemente actuales. Las hago mías”, afirmó Francisco y añadió:

“Hoy la paz está gravemente violada, herida, pisoteada: y esto en Europa, es decir, en el continente que vivió las tragedias de las dos guerras mundiales del siglo pasado”.

“Hoy, de hecho, se amenaza directamente con algo que temíamos y de lo que esperábamos no volver a oír hablar: el uso de armas atómicas, que incluso después de Hiroshima y Nagasaki se siguieron produciendo y probando erróneamente”, señaló Francisco, refiriéndose al bombardeo atómico estadounidense de las dos ciudades japonesas en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico.

En su discurso, el Pontífice afirmó que “la paz está en el corazón de las religiones, en sus escrituras y en sus mensajes”.

“En el silencio de la oración, esta noche, hemos sentido el grito de la paz: la paz sofocada en tantas regiones del mundo, humillada por la violencia, negada incluso a los niños y a los ancianos”, expresó.

El Papa Francisco denunció que el grito de la paz no es solo callado por la retórica bélica, sino “también por la indiferencia”.

“Pero la invocación a la paz no puede ser reprimida: surge del corazón de las madres, se escribe en los rostros de los refugiados, de las familias que huyen, de los heridos o de los moribundos. Y este grito silencioso sube al Cielo”, afirmó.

El Papa Francisco advitió que no hay fórmulas mágicas para salir de los conflictos. Sin embargo, llamó a los gobernantes a inclinarse para “escuchar con seriedad y respeto” este clamor por la paz, porque la guerra es la “madre de toda pobreza”.

Tras señalar que la «guerra deja el mundo peor de como lo encontró”, el Pontífice recordó que en Dios “se funda la esperanza de los pequeños y de los pobres”.

La paz es un don de Dios, afirmó, “pero este don debe deber acogido y cultivado por nosotros, hombres y mujeres, en especial por los creyentes”.

En varios momentos de la guerra en Ucrania, el presidente Vladimir Putin y otros funcionarios rusos han aludido a la posibilidad de utilizar armas nucleares para proteger el territorio ruso, incluidas las zonas anexionadas.

A pesar de las guerras en demasiadas partes del mundo en estos días, dijo, “la petición de paz no puede ser suprimida. Surge del corazón de las madres, está escrito en los rostros de los refugiados, de las familias que huyen, de los heridos o de los moribundos”, señaló Francisco. (Con información de Voz de América y Aciprensa).

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