Critican el silencio del papa sobre el ataque a la Iglesia Católica en Nicaragua
El activista de Latin American Watch Agustín Antonetti denunció el “escandaloso silencio del papa Francisco ante lo que está ocurriendo en Nicaragua”.
A través de su cuenta en Twitter, el miembro de la ONG expresó: “Es escandaloso el silencio del papa Francisco ante lo que está ocurriendo en Nicaragua. La dictadura de Daniel Ortega está tomando iglesias por la fuerza, ha cerrado todos sus canales y radios, y hasta hay un cura encarcelado, mientras el resto teme ser secuestrado. Complicidad”.
En la medida que el régimen de Daniel Ortega arrecia la represión contra la iglesia católica de Nicaragua, se hace más evidente el silencio del papa Francisco y se multiplican las voces que le reclaman que tome una posición en la crisis que desde hace cuatro años aflige al país centroamericano.
Este lunes, Ortega ordenó el cierre de siete emisoras católicas de la diócesis del departamento de Matagalpa, y fuerzas de la Policía asaltaron la capilla Niño Jesús de Praga, de la ciudad de Sébaco, con la intención de incautar el equipo de la radio católica que ahí funcionaba.
Al llamado del sacerdote Uriel Vallejos, párroco de Sébaco, decenas de feligreses acudieron a proteger la iglesia y fueron reprimidos violentamente por la Policía, que durante toda esa noche ejecutó una cacería contra jóvenes católicos.
Unas 20 personas habrían sido capturadas, informaron medios nacionales. El padre Vallejos se refugió en la casa cural desde la tarde del lunes y permanece sitiado por agentes antidisturbios de la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP).
Fuerzas de la Policía asaltaron la capilla Niño Jesús de Praga, de la ciudad de Sébaco
Después del fracaso de dos rondas de diálogos, tanto Ortega como su esposa, Rosario Murillo, responsabilizaron a los religiosos de lo que calificaron como “intento de golpe de Estado”, principalmente por el apoyo y refugio que los templos brindaron a los jóvenes que eran perseguidos durante la operación militar que se ejecutó para desmontar las protestas.
Agresiones físicas a sacerdotes, profanaciones a templos e imágenes religiosas, asedio, amenazas de muerte, persecución e insultos, ataques armados y quemas, son parte del repertorio. Varios sacerdotes, incluyendo al obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, marcharon al exilio para proteger su vida y libertad.
El régimen de Ortega expulsó del país en marzo de este año al representante del Papa en Nicaragua, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, y mantiene a dos sacerdotes en la cárcel bajo cargos de delitos comunes.
“No me explico cómo el papa Francisco puede guardar silencio ante los ataques a los sacerdotes más queridos de los nicaragüenses, cómo es posible que no vea una persona del más alto poder que, a diario, usa el nombre de Dios en vano y predica amor mientras siembra odio”, dijo en Twitter la escritora nicaragüense Gioconda Belli en mayo de este año, en referencia a los cotidianos ataques de Rosario Murillo.
El también escritor Sergio Ramírez Mercado se pronunció en similares términos en noviembre pasado en una entrevista con el periodista Gumersindo Lafuente, de eldiario.es. “El Papa Francisco ha guardado un silencio que se escucha en todo el mundo sobre la situación en Nicaragua”, dijo Ramírez.
“Sería aconsejable que todos los fieles católicos de Nicaragua, que son la mitad de la población, escucharan qué es lo que el Papa tiene que decir sobre esta barbarie que está ocurriendo desde 2018 y que sigue ocurriendo ahora con la detención de tanta gente, con el crecimiento imparable de los presos políticos”, manifestó. Con Infobae