viernes, marzo 29, 2024
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Vallenatos volvieron a vivir juntos el Domingo de Ramos

El olor a inciensos y sahumerio, conducía el camino de los fieles hacia cada uno de los templos religiosos de Valledupar, este Domingo de Ramos, día que marca el inicio a la Semana Santa, los fieles católicos volvieron a las iglesias para vivir la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, con un corazón lleno de esperanza y profundizando la transformación que Dios espera de cada ser humano.

Sobrevivir a la pandemia por el Covid-19, fue el mensaje que los fieles transmitieron en este día tan especial. Dieron gracias a Dios por una nueva oportunidad de vida, por permitir volver a los pies del Señor esperanzados en emprender un camino juntos y a su voluntad.

Desde las 6:00 de la mañana las iglesias abrieron sus puertas, los fieles fueron llegando a presenciar la eucaristía, sin embargo, la oración en familia predominó sobre todas las cosas, las plegarias se hicieron presentes y las oraciones por un mejor futuro, fue lo que caracterizó a la feligresía este Domingo Ramos.

Con una palma en la mano, como símbolo de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, cada sacerdote inició la eucaristía. A su pasó bendecían las ramas que con fe, los fieles levantaban en señal de devoción. Recibir el agua bendita es el símbolo de un nuevo comienzo, de una transformación.

A la iglesia La Inmaculada Concepción, en el centro de Valledupar, los fieles llegaron con el alba, mientras las campanas sonaban en señal de una fiesta religiosa que desde ayer se inició como la Semana Mayor.

La procesión volvió a las calles del Viejo Valledupar y la concentración se centró en la plaza Alfonso López de Valledupar, donde monseñor Oscar Vélez Isaza, obispo de Diócesis de Valledupar, presidió la bendición de las palmas y la misa central en horas de la mañana.


Oswaldo Arroyo Celis, feligrés, llegó a la plaza Alfonso López con los primeros rayos del sol dando gracias a Dios por permitirle regresar. “Fue muy emocionante volver a la iglesia el Domingo de Ramos, fue una mezcla de alegría y nostalgia, es decir a Dios gracias por la vida”.

Otras de las asistentes fue Cristina Angulo, quien refirió que ha sido una gran oportunidad reencontrarnos en los templos. “Dios es misericordioso, nunca nos ha dejado solos, por eso nos librará de esta gran batalla que hemos superado en gran parte, el Covid-19.

De igual manera, María del Rosario Guerra, dijo sentirse una gran emoción revivir la entrada de Jesús s Jerusalén. “Como vallenata católica toda la vida he acudido a vivir el Domingo de Ramos, los dos últimos alos fue duro celebrarlo a la distancia, pero hoy Dios nos ha devuelto las esperanzas”.

En la plaza Alfonso López se respiraba un ambiente de alegría y paz, más aún cuando José Antonio Manjarrez, dispersaba el humo del sahumerio entre los fieles, como señal de purificación propia de la Semana Mayor.

“Dios es tan misericordioso, que me permitió regresar a ofrecer los inciensos a los fieles católicos. El año pasado nos tocó retirarnos, pero hoy nos devolvió la esperanza, hay que creer y confiar en él”, dijo mientras rodeaba a los presentes entre el aroma del sahumerio.

ES UNA GRACIA, UNA BENDICIÓN

La misa central de Domingo de Ramos, estuvo presidida por monseñor Oscar Vélez Isaza, Obispo de la Diócesis de Valledupar, quien reiteró que este Domingo de Ramos se vivió una gracia, una bendición al poder recibir, a los fieles en sus templos.

Es el domingo donde se resume toda la Semana Santa. La Pascua es muerte y vida, que el hombre triunfa sobre el pecado y sobre la muerte. “Vivamos la Semana Santa en recogimiento, siendo prudente, que no hay necesidad de pasar por encima de alguien para demostrar la fe, que no es fanatismo ni proselitismo”.

Alabad á Jehová, porque es bueno. Ese es el llamado a la feligresía para que viva con gozo la muerte y resurrección de Cristo.

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