miércoles, abril 24, 2024
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Escultura en honor a ‘La Cacica’ revive su baile y esencia vallenata

Movido por sus sentimientos hacia el folclor vallenato y afianzar un después en su carrera como artista, luego de permanecer por más de diez años en exilio en el vecino país, Venezuela, José Tobías Hinojosa, ‘El pintor del valle’, hoy de nuevo se hace sentir, pero esta vez impregnando la cultura de sus raíces y en procura de afianzar en la historia a quienes hacer parte del mundo vallenato.

Desde mayo de este año, a pocos días de anunciarse el regreso del Festival de la Leyenda Vallenata, suspendido en el mes de abril a causa de la pandemia por el Covid-19, su amor a su tierra Valledupar, movió su corazón y decidió iniciar una escultura en honor a Consuelo Araújo Noguera, ‘La Cacica’, insigne mujer que perdura en la memoria de este pueblo y que es el reflejo de la defensa de la caja, guacharaca y acordeón, símbolos del género vallenato que perduran en la historia y en la mente de los hijos de esta tierra.

Seis meses después, y aunque sigue en proceso, mira con orgullo su obra que está erigida sobre un trozo de madera, tan perfecto como toda la labor que para el vallenato hizo ‘La Cacica’, mujer entrañable y ‘berraca’ como el mismo artista la define.

‘El pintor del valle’ afirma que su obra nació el corazón, de ese amor que siempre ha sentido por Valledupar, tierra que debió dejar junto a su familia en el año 2003 a causa del conflicto armado, pero que marcó también una etapa de enseñanza y de lucha, por un oficio que debió saber tallar en otro país.

Es hijo de Juan Hinojosa y Alcida Armenta, descendientes del San Juan del Cesar y Becerril. Su arte lo inició de manera empírica, de su trajinar entre Venezuela y Colombia en busca de una posición como artista y pintor.

Y bien que hoy día lo ha sabido aprovechar, ya que además de cumplir con algunos compromisos solicitados, su apego a la cultura local jamás lo ha olvidado y de su corazón nace elaborar obras de arte como regalo para su querido Valledupar.

Esta vez, y sumadas a las esculturas que ha hecho a Carlos Vives, Tomás Darío Gutiérrez, Petter Manjarrez y hasta a Diomedes Díaz en Venezuela, decidió exaltar a la mujer de la cultura y el vallenato, a ‘La cacica’, en una escultura de 43 centímetros, elaborada con plastilina industrial para posteriormente ser pintada en bronce y en resina epóxica.

“Me entusiasmé mucho con el Festival Vallenato, tenía muchos años de no asistir a disfrutar de mi folclor y que mejor manera de agradecer a Dios por la oportunidad a través de una escultura que nos identificara, que puede convertirse en réplicas para ser llevada a todas partes como como un reflejo de la cultura vallenata”, afirmó el artista.

Resaltó, que por ser a pequeña escala, la escultura lleva muchos detalles ya que se quiere plasmar el sentimiento vallenato, no como una simple estatuilla, sino que se mostrara el baile, el sabor del folclor local, tal y como lo expresaba ‘La Cacica’.

Hinojosa está seguro que para la versión 55 del Festival de la Leyenda Vallenata, que en abril del próximo año se realizará en honor a Jorge Oñate, la escultura estará lista para mostrarla a propios y visitantes.

ENTRE UNA HISTORIA FAMILIA Y EL ARTE

José Tobías Hinojosa, aún recuerda con tristeza el momento en que debió abandonar su tierra natal apenas con 24 años de edad, por razones ajenas a su voluntad, ya que el conflicto armado tocó las puertas de su hogar y el destino lo llevó a emigrar a Venezuela, la tierra que lo acogió tal y como hoy día la ola migratoria está presente en Colombia.

“Mis primeros pasos los di como artista de manera empírica, lo que me permitió ir incursionando en el arte, logrando destacarme como profesional en 1996 durante una exposición, aún en Valledupar, denominada Pintores del Cesar en el marco de un Festival Vallenato.

En la Casa de la Cultura de Valledupar, logró exponer una obra del juglar Germán Daza Serna, además de una pintura típica en la que reflejó su mayor orgullo: la caja, guacharaca y acordeón.

“De allí me entusiasmé mucho con el arte, sentí que estaba empezando a calar como artista, cuya profesión es el sinónimo de una constante lucha, y conseguí exponer en varias partes como Barranquilla, Cartagena, entre otros. También fui ganador del primer puesto nacional de pinturas en un concurso de la Cruz Roja”


Transcurrían los últimos años de la década de los 90, y con un nuevo siglo llegaron tristezas para este artista, que sentía haber tocado la cima y se asomaba un nuevo comienzo.

“Luego de haber logrado algunos éxitos, llegó la tristeza y me tuve que ir de Valledupar en el exilio por más de 10 años, específicamente en La Villa del Rosario, municipio Rosario de Perijá, en el estado Zulia. Al principio fue muy duro para mí, porque la condición de asilado no me permitía hacer exposiciones por los reglamentos, no podía hacer actos públicos, eso me frustró un poco al inicio”.

Resaltó que lo importante es que nunca dejó de hacer obras, en silencio trabajaba el arte sin poder demostrarlo, limitación que se rompió no por documentos consulares, sino por su talento que fue imposible de ocultar.

A DIOMEDES TAMBIÉN LO EXALTÓ

“Hice obras solicitadas por el Cónsul, por la Alcaldía de la Villa del Rosario, y así fui escalando hasta que empecé a incursionar con la escultura. Primeramente, hice un busto a Silvestre Dangond, que entregué al mismo artista en una visita que hizo al municipio, nunca fue exhibido en un espacio público, pero si permanece en el salón de eventos en el Parque Ferial Azael Martínez en Rosario de Perijá, Venezuela”.

De allí empezó a fortalecer sus conocimientos en cuanto a las técnicas para la elaboración de esculturas, ya que es un tema muy complejo, delicado y difícil de lograr.

Y nuevamente, aunque estaba lejos de su tierra, su sentimiento vallenato resurgió por su admiración al cantante Diomedes Díaz, “de hecho cuando murió fue muy duro para todos, me conmovió demasiado a tal punto que me nació hacerle una escultura, mi segundo ensayo que logró llegar al corazón de todos.

Estando en el vecino país, empecé a recopilar fotografías, analizar sus fisonomías y logré hacer la escultura a una escala real, con 2 metros de altura sumando la base donde fue elaborada en el 2013”.

Fue muy elogiada en Venezuela y hasta en Valledupar, a donde llegaron las fotos causando gran revuelo entre quienes conocieron y disfrutaron de Diomedes Díaz. La obra está igualmente expuesta en el Parque de Ferias en la Villa del Rosario.

La experiencia le permitió por fin calar en el gremio de artistas venezolanos, al punto de liderar programas de enseñanza en arte, principalmente para los niños indígenas

Estando en Venezuela empezó a armar sus exposiciones en Colombia, principalmente en Cartagena y Barranquilla. Para el Reinado Nacional de Belleza también fue convocado para elaborar la galería de exreinas, en el marco de los 80 años de existencia del concurso, lo que significó prácticamente el antes y después de su carrera.

EL SABOR DE VENIR A MI TIERRA

En ese entonces, Hinojosa asegura que empezó a sentir el sabor de regresar a su tierra, donde está residenciado desde hace apenas dos años, pues su retorno a Colombia empezó por Manizales, desde donde además elaboró un busto a Carlos Vives, que fue entregada en el Festival Vallenato en su honor en el 2018.

“En ese momento, fui tomando fuerza y más amor a la profesión que es una carrera de constante lucha, es algo para berracos, no es fácil, en cada momento hay que volver a comenzar”.

Admitió que le entusiasma mucho más elaborar obras que le nacen del corazón, como es el caso de la escultura a Consuelo Araújo, en ella dejó impregnada mis raíces, ese cariño y admiración que siempre tuve hacia ella. Los artistas nunca dimensionamos hasta dónde puede llegar una obra, “pero este homenaje que le hago a ‘La cacica’, refleja mis sentimientos hacia ese apoyo que en mis inicios recibí de ella junto a ‘La polla Monsalvo’.

Hinojosa hoy se centra en abrir las puertas de su galería ‘Hinojosa, El Pintor del Valle’, en el Centro Histórico de Valledupar, donde aspira demostrar que sus raíces vallenatas jamás las desprendió de su ser, con ella regresó y aspira perdurar en su defensa por el folclor vallenato.

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