lunes, abril 29, 2024
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Iglesias de Valledupar aumentan aforo y refuerzan la bioseguridad

La reapertura gradual decretada desde el 1º de octubre en el municipio de Valledupar, a causa de la pandemia por el Covid-19, incluye la flexibilización de algunas restricciones en el sector religioso, por lo que se ha autorizado el aumento del aforo de acuerdo con el espacio de cada templo habilitado.

Hace dos meses, la reapertura de las iglesias se inició a través de un plan piloto, el cual incluyó siete templos de la Diócesis de Valledupar, los cuales fueron habilitados con todos los protocolos de bioseguridad establecidos por el Ministerio de Salud.

Durante este proceso, las medidas fueron cumplidas a cabalidad, por lo cual el obispo de la Diócesis de Valledupar, Oscar Vélez Isaza, autorizó a todas las parroquias abrir las puertas a la feligresía, con mayor aforo pero con igual cuidado para evitar la propagación del virus.

Iver De La Cruz, párroco de la catedral Santo Ecce Homo, informó que inicialmente la capacidad permitida era de 50 feligreses, ahora cada parroquia lo aumentará dependiendo del espacio con que cuente, tomando en cuenta que lo máximo permitido es el 35%.

Destacó, que el comportamiento de los fieles ha sido intachable, las iglesias desde el domingo 4 de octubre iniciaron la reapertura gradual, garantizando la bioseguridad fuera y dentro del templo.

Es importante destacar, que desde que se inició el plan piloto no se ha registrado ninguna novedad sobre contagios dentro de las iglesias, la norma ha sido clara y el cumplimiento igual.

Es importante recordar que según lo recomendado por el Ministerio de Salud, los responsables del lugar de culto deben informar previamente sobre los horarios y formas de participar en los servicios religiosos y actos litúrgicos. Se invitará a ir directamente de la casa a la celebración y al terminar, la población debe regresar inmediatamente a su hogar.

Se debe tomar la temperatura al ingreso, prohibir la entrada a personas con fiebre, desinfectar todas las instalaciones, garantizar el distanciamiento de dos metros antes de ingresar al recinto y no permitir el ingreso de niños, niñas y adolescentes.

Las personas al ingreso se deben desinfectar las manos con alcohol glicerinado, como también las suelas de los zapatos de los feligreses. Todos los asistentes deben usar tapabocas con correcta postura y el personal de apoyo además debe usar protección ocular.

Finalmente en la salida y fin del acto religioso, la logística debe garantizar que no se rompa el distanciamiento físico de dos metros entre personas, que no se lleva a cabo ninguna actividad que implique manipulación de alimentos y garantizar el uso de baños públicos dentro de las instalaciones del culto, asegurando agua, jabón y toallas desechables.

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