viernes, marzo 29, 2024
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El trapo negro que avisa sobre la violencia contra la mujer en los hogares del Cesar

“Jamás pasaría por mi mente comunicarle a una personas distinta a mi hogar, que casi a diario fui víctima de maltratos, ofensas y persecuciones por parte de mi expareja. Siento que sería señalada por todos, es como un camino oscuro donde las luchas son más sociales que individuales, es agonía, dolor, tristeza y miedo”.

Así inició su relato una de las tantas mujeres, quien por años fue víctima de la violencia intrafamiliar en el departamento del Cesar. La llamaremos Alba Patricia, una fémina de 43 años, habitante de la zona rural de Valledupar.

Es madre de tres hijos, ama de casa y durante 20 años convivió con su pareja en una humilde vivienda, cuyas paredes fueron las testigos de cada golpe, ofensa o humillación, pero a su vez las voces silenciosas de una realidad que en la actualidad arropa a miles de mujeres en el Cesar.

Aún con miedo, con una mirada perdida que busca una explicación al sufrimiento vivido, pero que a la vez, su mente lo entendió como una pauta dentro de su relación matrimonial; Alba Patricia accedió a detallar parte de su situación, convencida de que solo la valentía de denunciar fue su salvación.

Es una mujer delgada, de cabello ondulado un poco desordenado, y una piel desgastada dando impresión de tener mayor edad, pero evidentemente son el signo del sufrimiento vivido, que aunque oculto en su corazón y el alma, salen a flote a través de su mirada que por años imploró ayuda, salvación.

Comentó que ella sentía que el maltrato y las vejaciones por parte de su marido, y padre de sus hijos, serían una pauta dentro de la vida familiar. “Así me lo enseñó él, a veces hasta esperaba sus golpes que luego vienen acompañados por las mentiras y el ocultamiento de la situación entre mis hijos, mis familiares y vecinos”.

Alba Patricia, mientras narraba su realidad aún mostraba sus nervios entrelazando sus manos, cruzando las piernas y en varias oportunidades se asomaba a la ventana temiendo que alguien la encontrara contando lo vivido, fue afectada psicológicamente. “Es como vivir en una cárcel o peor, es una libertad fingida que como ser humano no se la deseo a nadie, pero que más, me tocó y durante años sentí mucho miedo”, afirmó mientras se limpiaba una lágrima que rodaba por su mejilla.

Manifestó que no solo los golpes son signos de maltrato, las ofensas y constantes reproches también lo son. “Hace muchos años atrás yo sé que era un tabú hablar de esto, era imposible salvarse de una situación como esta, pero los tiempos cambiaron y mis gritos de auxilio, aunque en silencio, fueron escuchados. Logré salir del problema, pero mi alma sigue marcada y no me siento capaz de volver a formar un hogar”, afirmó.

Así como Alba Patricia, hay miles de mujeres en el Cesar que en la actualidad viven una situación similar. Y aunque ella dio el paso hacia la libertad, otras no lo han podido contar, sus vidas han quedado en manos de su compañero sentimental.

Situaciones como estas, y otras tantas que siguen ocultas, son las que la Alianza Global de Jóvenes Políticos de la región Caribe, busca atender a través de una campaña que han denominado ‘El Trapo Avisa’, cuya iniciativa nace de la Alta Consejería para la Mujer, que ve con preocupación el aumento significativo de los maltratos físicos, a los que están sometidas las mujeres de los departamentos como Atlántico, Magdalena y Cesar.

‘El Trapo Avisa’, es una iniciativa donde un grupo de Defensores de derechos humanos quieren visibilizar otra emergencia del confinamiento obligatorio, para evitar la expansión del Covid-19: la violencia doméstica.

Revela el último informe del Instituto de Medicina Legal, que entre el periodo de enero a marzo en el departamento del Cesar, se habían registrado aproximadamente 154 casos de violencia de pareja, de los cuales las mujeres fueron las mayores víctimas con 146, mientras que los hombres lo fueron con ocho.

El municipio de Valledupar es el que mayores casos presenta, 99; le sigue Aguachica con 21 y Agustín Codazzi con 10 registros por maltratos, los cuales también se reportan, aunque en muy poca incidencia, en el resto de los municipios del Cesar.

NEGRO, PERO CON CLARIDAD

Javier Enrique Pérez Urieles, director de la Alianza Global de Jóvenes Políticos del Cesar, reiteró que la iniciativa consiste en que cada mujer que sea víctima de violencia intrafamiliar, cuelgue una prenda de color negro en la entrada a su casa como una señal de auxilio para que la comunidad ayude a denunciar.

“Lo que vemos es que existen sectores fundamentales que están bastante mal en la protección a la mujer. Santa Marta aparece en el tercer puesto de las ciudades con mayores agresiones hacia la mujer y es un dato curioso, pero a la vez alarmante; situación que no queremos que ocurra en el Cesar, se puede actuar con tiempo”, dijo Pérez Urieles.

Reiteró que el objetivo de la estrategia es tener el contacto directo con las víctimas, conocer sus denuncias y con el acompañamiento de la Policía y Fiscalía judicializar a los responsables.

“El trabajo debe ser en equipo. Es importante la denuncia de la misma comunidad. Queremos mostrar con esta campaña el dolor, tristeza y agonía de las mujeres que son maltratadas”.

Pérez Urieles manifestó que la Alianza Global de Jóvenes Políticos tiene presencia en 17 departamentos, por lo que exhorta a las mujeres del Cesar a sumarse a esta iniciativa, y así evitar ser una víctima más de cualquier tipo de violencia como física, emocional o psicológica.

Es una señal, es para avisar que la están afectando y las autoridades deben llegar a ver qué es lo que está sucediendo en esa vivienda. Quienes quieran denunciar lo pueden hacer a través de la línea gratuita nacional 155, la cual está disponible las 24 horas del día para aportar orientación sobre la violencia de género.

#ElTrapoAvisa pasó a convertirse en una campaña por redes sociales en donde dentro de una cuenta de Instagram @eltrapoavisa y el Facebook de la Alianza, se está publicando información que pueda ayudar a mujeres que están siendo víctimas de maltratos.

CONFINAMIENTO VS. INTOLERANCIA

Para nadie es un secreto que durante ese tiempo de confinamiento obligatorio por la pandemia del Covid-19, la intolerancia es uno de los detonantes de la violencia contra las mujeres. Aspectos como el económico y emocional empiezan a influir y la violencia intrafamiliar se manifiesta.

Así lo consideran profesionales de la salud como Mónica Sulbarán, psicóloga y terapeuta de pareja, quien indicó que en estos tiempos difíciles la comunicación entre las parejas debe primar sobre cualquier necesidad. “Hay que expresar sus emociones, sus sentimientos, pero a la vez fortalecer los valores del respeto y la tolerancia”, dijo.

La profesional se refirió además a que el maltrato cuando pasa los límites llega al feminicidio, fenómeno que igualmente ha afectado al Cesar y que es motivo de preocupación de las autoridades. “En esta temporada es necesario aprender a tolerarse, es la única alternativa, pero jamás descargar rabias que conlleven a situaciones difíciles y lamentables”.

Según las autoridades policiales, en el Cesar, desde que se inició el confinamiento se han presentado dos feminicidios y una tentativa. El primer caso fue en el barrio Francisco Javier de Valledupar el 31 de marzo de 2020; además del sonado hecho de la niña de 12 de edad en el municipio de Chiriguaná, en el cual se reflejó la violencia de género sin distingo de edades.

El intento de feminicidio, se dio en el municipio de Pailitas contra una mujer de 24 años, quien fue atacada con un arma blanca por su exesposo.

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