jueves, abril 18, 2024
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Álvaro Araujo Noguera se despide dejando un gran legado al Cesar

Se cerró una página en el libro de la historia política del departamento del Cesar, un libro tan similar a los cientos de textos leídos por un hombre que fue ejemplo de ser humano, gestor de grandes obras e impulsor del desarrollo de esta tierra colombiana que hoy le tocó despedirlo. Se trata de Álvaro Araujo Noguera, quien partió de este espacio terrenal a los 84 años, dejando un sinfín de lecciones para las nuevas generaciones.

Su agudeza política quizás la aprendió de las rectas perfectas que un jugador de beisbol puede lanzar en el campo de juego. Su intelecto y capacidad académica como Ingeniero Civil, cuyo título obtuvo en la Universidad Nacional de Colombia, la conjugó con su pasión al deporte, la música, la lectura y las estrategias que en la política lo caracterizaron como el mejor.

Sabía mover las piezas tanto como en una tabla de ajedrez, pero siempre con la convicción de gestionar desarrollo para la tierra que lo vio nacer, la misma en la que compartió la música con personajes como Rafael Escalona, con quien afinaba la notas perfectas para crear anécdotas y una historia humana que ahora en la vida celestial podrán compartir, y además confirmar que fueron amigos, confidentes, hermanos y aliados del folclor vallenato.

Araujo incursionó en la política a través del Partido Liberal, cumplió labores como Secretario de Hacienda del departamento del Magdalena, bajo la gobernación de Jacobo Tovar Daza, desde donde impulsó la fundación del Cesar. Fue gerente de la Caja Agraria, designado Ministro de Agricultura durante el periodo presidencial de Alfonso López Michelsen. También como representante a la Cámara y Senador, encabezó proyectos trascendentales para esta Región.

Su vida laboral la supo conjugar con su extensa historia familiar. Tuvo tres matrimonios, de los cuales nacieron varios hijos, quienes hoy día se han dedicado a seguir la trayectoria de su padre en la política regional y nacional como la ex Canciller María Consuelo Araujo y el ex congresista Álvaro Araujo Castro. Es hermano de Consuelo Araujo Noguera ‘La Cacica’,  periodista y ex ministra de Cultura secuestrada y asesinada por la guerrilla en el 2001.

Lamentablemente ayer las frías tierras de Bogotá lo vieron partir, luego de luchar contra una penosa enfermedad que lo mantuvo retirado, por casi dos años, de sus actividades cotidianas. La noticia despertó a los vallenatos, quienes esta vez cierran los acordeones para despedirlo con tristeza, sumado a la difícil situación que hoy enfrenta el país por la pandemia del Covid-19.

 

DON SERVICIAL

Hablar de Araujo es remontarse a los inicios de la política en el Cesar, pero a la vez de la llegada de la bonanza para este territorio. Su vida era gestionar proyectos y nunca desaprovechó las oportunidades que Dios le dio para ayudar a quienes lo necesitaban, dijo con voz entrecortada Mauricio Pimiento Barrera, exgobernador del Cesar y aliado de Araujo.

“Me creo uno de sus alumnos, junto con personas como Edgardo Pupo y Pepe Castro, por nombrar algunos, Álvaro dejó una huella imborrable en la historia política del Cesar, es una región que le debe a ellos, especialmente a Álvaro, mucho de su fortalecimiento institucional en tan pocos años como departamento”.

Su trayectoria en el sector agropecuario, que fue su plataforma para entrar a la política, indica que gracias a sus gestiones en la Caja Agraria y el Ministerio de Agricultura, el agro del Cesar es hoy importante a nivel nacional, gracias a la modernización que él promovió.

Comprometido, incondicional, ejecutivo para ayudar a la gente y gestionar proyectos. Cálido en su trato, proclive a compartir con las comunidades sin discriminación alguna; franco, directo y sin dobleces en su interlocución con sus adversarios, son las principales cualidades que resaltó Pimiento Barrera, quien a su vez no dudó en calificarlo como un roble para el trabajo a favor de la Costa colombiana.

POR ENCIMA DE LO POLÍTICO

“Era un caballero, un ser humano excepcional como hijo, hermano, padre, esposo y amigo; hasta con los adversarios era un caballero y sin duda consejero político para las nuevas generaciones. Además era amante de los deportes, practicó el fútbol y el beisbol, poseedor de una vasta cultura universal  y un gran animador de fiestas y parrandas, hasta los enemigos deben hablar bien de él. Estoy seguro que el Cesar pierde a unos de sus seres más preciados”, afirmó.

Es importante destacar la relación directa que tuvo con Rafael Escalona, era su hermano, confidente y aliado en los mejores y peores momentos. Ambos con la música alegraban sus vidas, le ponían la nota ideal a una amistad inquebrantable. Era un amante de la obra de Escalona y Diomedez Díaz, excelente conversador y lector voraz.

SE FUE UNA BIBLIA DEL CONOCIMIENTO

Asdrúbal Arocha, cuñado y compañero de fórmula política del doctor Araujo, ratificó que esta vez tocó despedir a “una biblia del conocimiento que tenía mucho que contar sobre el desarrollo del país, la Costa y el departamento del Cesar”.

Visionario, dedicado además al gremio ganadero, a las empresas. Fue el fundador de Transportes Aéreos del Cesar (TAC), convirtiéndose en una de las aerolíneas más importantes del país. Se desempeñó como gerente de Asocesar y durante la bonanza algodonera llevó al Cesar a los mejores escalones de la economía colombiana.

Tuvo empresas privadas entre esas Radio Guatapurí, fue uno de sus propietarios hasta el último momento de su fallecimiento; distribuidor de licores en Antioquia, en el Cesar y desde hace dos años se había ganado la distribución en el Valle del Cauca. Generó innumerables empleos para muchas familias en el país y el Cesar.

Pero hablar de Araújo involucra otras cualidades. Más allá del intelecto y la ojo clínico para lo político y económico, su debilidad era el deporte. “Fue amante jugador del beisbol durante sus tiempos de estudiante en la Universidad Nacional de Colombia. Integró la selección nacional y la de la universidad; hincha del Magdalena en sus tiempos y por supuesto del Junior”, destacó Arocha agregando que Araújo se llevó muchas historias que podía contar a las nuevas generaciones.

   SERÁ CREMADO

Ante la situación que se está viviendo en el país por el coronavirus, hay restricciones para los sepelios, por lo que sus hijos y esposa decidieron cremarlo en Bogotá y traer sus cenizas a Valledupar, su tierra, a la que amaba y tenía muchos sentimientos arraigados.

En medio de esta emergencia sanitaria, poco a poco y por tierra, Araujo volverá a la ciudad de los Santos Reyes. Esta vez no será para trabajar por su desarrollo, pero si para llegar a su última morada a descansar y decirle a los vallenatos ¡labor cumplida¡

Paz a su alma.

 

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