viernes, abril 19, 2024
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Veinte años sin ‘Nando’ Marín y su guitarra bendita

Veinte años han pasado desde que Mina Corrales se despidió en la puerta de su casa del compositor Hernando ‘Nando’ Marín Lacouture, su gran amor y el padre de sus dos hijas. ‘Nando’ Tenía su forma particular de partir sin tanto ‘perendengue’; simplemente se colgaba su guitarra, agarraba su equipaje y salí para ‘allí’, anunciando a veces su regreso en tres días. Como Mina bien lo conocía, sabía que ese tiempo se podía prolongar a muchos días más; porque muchas veces de ese allí, pasaba allá, hasta llegar al otro lado de Colombia.

Un fatal accidente de tránsito en ese último periplo, acabó con la vida del compositor guajiro, mientras viajaba por el departamento de Sucre. Exactamente en la jurisdicción de Los Palmitos, allí en el cruce del Bongo, el taxi en el que se transportaba se salió de la vía, un 5 de septiembre de 1999 a las 8.30 de la mañana, y Marín no sobrevivió al accidente. Tras la triste noticia, el mundo vallenato se llenó de dolor por la partida de ese gran valor de nuestro folclor, y comenzaron los preparativos para darle el último adiós. a que quien fuera uno de los más insignes compositores que ha dado la música vallenata.

El sepelio de Marín se cumplió en la capital del Cesar, acompañado de una multitud, que le rindió culto a la poesía de ‘Nando’ entonando sus canciones, mientras en la iglesia La Concepción de Valledupar, amigos y familiares en medio de lágrimas, hacían remembranza de lo que fue su vida. Mina Corrales y sus dos niñas lloraban también desconsoladas, sin poder aceptar lo que estaba sucediendo, porque jamás pensaron que ese adiós antes de viajar, sería un adiós para siempre.

Pese a su ausencia, las canciones de Hernando Marín se escuchan como el primer día, y sus amigos lo evocan en las parrandas, contando sus anécdotas y su forma de ver la vida; esa misma forma que reflejan cada uno de sus cantos, porque Nando Marín siempre sintetizó en cada canción lo que fue su vivir a plenitud, desde su niñez; cantó a todo pulmón el amor por su tierra y el inconformismo ante las injusticias que se cometían con su Guajira; sin dejar de lado el amor por sus hijas, y el querer de una pasión.

Con solo 52 años recién cumplidos, Hernando Marín se despidió de la vida. Con solo medio siglo vivido se fue el compositor, el mismo hombre que dejó un legado de canciones, para que las nuevas generaciones entendieran esa forma mágica de cantar la vida y de conmover las fibras más sensibles del existir. Una de sus canciones más conocidas sigue siendo ‘Los Maestros’, una protesta grabada por los hermanos Zuleta. Pero fueron muchos cantos hermosos que nos dejó el Poeta de El Tablazo, Guajira, como ‘La Creciente’ ‘Lluvia de Verano’, ‘Villanueva mía’, Acompáñenme’, ‘La Guaireñita’ ‘Canta conmigo’ ‘El Girasol’, ‘La Primera Piedra’, ‘La Bola e’ Candela, ‘Mis Muchachitas’ ‘Mentira de las mujeres’ ‘lágrimas de sangre’, ‘La Ley del Embudo’, ‘El Mocoso’, ‘Juramente’, ‘Tú’, ‘Bebiendo yo’, ‘La Dama Guajira’ y muchas otras que se convirtieron en éxitos.

Hoy después de dos décadas de ausencia el recuerdo de Nando Marín sigue vivo en su familia, sus amigos y en esos fanáticos, que añoran una parranda con su presencia; porque con su partida, Hernando Marín se llevó esa forma jocosa de cantar un cuento entre versos floridos y las notas alegres de su guitarra bendita.

tarynescalona@gmail.com

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