jueves, abril 25, 2024
Opinión

Tomémonos un tinto y seamos amigos

Por: Camilo A. Pinto Morón
@camilopintom

Escribo esta columna faltando pocas horas para las elecciones presidenciales. Reflexionando un poco, llego a la conclusión de que sin duda fue una carrera aguda tanto a nivel interno de la campañas como en el plano externo, es decir, donde estamos nosotros, la ciudadanía, quienes hemos seguido con mucho fervor la contienda electoral, incluso, en ocasiones, hemos llegado hasta el punto de cruzar la línea roja del irrespeto, la intolerancia y el ultraje a interlocutores. Pero no todo ha sido negativo, ha habido debates tanto entre candidatos como entre ciudadanos con cordura y deferencia. En estos términos, podemos decir que ha sido una dinámica a veces estable y en momentos turbulenta la que se ha experimentado en el país.

Existe una posibilidad considerable de que haya segunda vuelta, esto es, que ninguno de los candidatos supere el 50% de los votos totales, evento este que indica que vendrían más debates y disertaciones, lo cual es totalmente positivo para construir democracia. Resulta necesario que como ciudadanos le endosemos altura, una cultura política diáfana a la contienda electoral que nos permita ir entendiendo el panorama, lo que verdaderamente necesita el país y no centrarnos en comentarios y discusiones vagas que hacen que la fiesta democrática descienda a niveles lamentables de mediocridad e inmadurez social, no es el objetivo cumbre.

La política hay que comenzarla a ver de una perspectiva distinta, ¿cómo es posible que no seamos capaces de hablar de política sin ofensas y sin entrar en cólera? Los ciudadanos, en especial quienes nos encontramos en procesos de formación, debemos propiciar espacios de discusión afables, sin que esto signifique que dejemos de lado el frenesí, la fuerza y la contundencia que han arropado a estos espacios de reflexión desde tiempos pasados. Es posible emplear buenas prácticas.

Durante épocas electorales el mensaje ha sido reiterativo por parte de personas que sí lo han entendido, han tratado de trasmitirles a otras que no tiene sentido enemistarse ni mucho menos entrar en líos de carácter familiar por política, no se trata de eso, se trata de vivir la política de forma sobria, bajos los principios de la sana crítica y la libre discusión. No hay que negar que en ocasiones la fogosidad de la circunstancia nos lleva a contrariarnos y a ser intransigentes, allí está el reto, en saber sortear ese tipo de situaciones y no caer en el tonto juego del todo a las malas.

Bienvenida la diversidad de idearios políticos, hay que celebrarla, más si aspiramos ser una democracia auténtica. Para eso: ‘Tomémonos un tinto y seamos amigos’.

 

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