3 de diciembre
Internacional

Los ucranianos buscan rastrear y catalogar arte robado por Rusia durante la guerra

El Museo de Arte Robado es una de las varias iniciativas que han surgido para rastrear y catalogar cientos de miles de obras artísticas que Rusia ha robado de los museos ucranianos en zonas ocupadas.

El Museo de Arte Robado recrea las pinturas en línea en un esfuerzo por facilitar su eventual devolución e identificar a los responsables de las sustracciones.

Allí donde los soldados rusos establecieron un control seguro sobre una zona de Ucrania surgieron pronto informes preocupantes sobre el saqueo de museos locales como se ve el caso de Mariupol.

Según el ayuntamiento de la ciudad, en abril de 2022 se retiraron unas 2.200 obras del Museo de Arte Arkhip Kuindzhi. Una colección única de oro escita fue robada del museo de Melitopol a pesar de los intentos desesperados del personal por ocultarla.

En Jérson al menos 10.000 obras de arte de museos locales fueron cubiertas apresuradamente con telas y cargadas en camiones días antes de que las tropas ucranianas entraran en la ciudad hace un año.
Robo de arte

El robo de arte forma parte de un ataque más amplio contra la propia identidad ucraniana, ya que las obras de arte no son únicamente robadas sino que son presentadas como pertenecientes únicamente al patrimonio cultural ruso y utilizados para defender la “rusidad” de los territorios ocupados de Ucrania, dice a Efe Olena Zenchenko, directora de arte de la agencia creativa “Linza”.

El “Museo de Arte Robado”, una plataforma inmersiva en línea, es uno de los primeros pasos en esta dirección. Algunas de las pinturas más destacadas del museo Arkhip Kuindzhi de Mariupol se pueden ver en lo que una galería reproduce para internautas de todo el mundo, incluidas obras de pintores como Ivan Aivazovskyi, Mykola Dubovskyi y el propio Kuindzhi.

Uno de los desafíos clave que ha enfrentado el equipo de Zenchenko es la necesidad de encontrar fotografías de alta calidad de la pintura y otras obras de arte.

Mientras que los museos de Mariupol han digitalizado sus colecciones, la situación es peor en el caso de otras instituciones culturales, afirma Zenchenko.

Todas las imágenes han sido recopiladas utilizando fuentes abiertas y algunas de las imágenes en realidad provienen de los medios controlados por Rusia o fueron publicadas en línea por museos rusos, que ahora albergan el arte ucraniano robado.

Un esfuerzo laborioso

Sin embargo, en la mayoría de los casos identificar la ubicación de muchas obras de arte es un esfuerzo laborioso y que requiere mucho tiempo, explica a Efe Oleg Pidkhomnyi, profesor de la Universidad Ivan Franko de Leópolis.

Pidkhomnyi y su equipo de investigadores de OSINT se centraron inicialmente en encontrar activos propiedad de oligarcas rusos para asegurarse de que estuvieran cubiertos por sanciones internacionales. Sin embargo, la magnitud misma del robo de arte ucraniano también lo convirtió en una prioridad.

“Cientos de miles de obras de arte y objetos del patrimonio histórico nacional han sido robados de decenas de museos. Desgraciadamente no disponemos de su lista completa”, subraya.

Para identificar el arte robado, su equipo, formado por estudiantes voluntarios, examina las obras de arte en los mercados en línea donde se venden objetos de arte y los anuncios de los museos rusos.

También se consulta a los artistas en un esfuerzo por identificar los más mínimos indicios de que una obra de arte determinada pueda provenir de Ucrania.

El mecanismo para detectarlos existe, pero lo que falta son “cabezas y manos”, afirma Pidkhomnyi.

Cooperación internacional

Los investigadores del OSINT no sólo buscan obras de arte robadas en Rusia. Tanto Pidkhomnyi como Zenchenko subrayan la importancia de la cooperación internacional en este contexto.

Sin embargo, se ha perdido toda esperanza para las miles de obras de arte destruidas en los bombardeos, incendios e incluso inundaciones causados por la invasión rusa.

El proyecto de Zenchenko busca recrear el museo de arte ingenuo de Polina Raiko, que fue destruido tras el colapso de la presa Kakhovka este verano.

“Nuestro proyecto se encuentra actualmente en la primera fase de borrador, que podemos mostrar a nuestros socios potenciales. Necesitamos muchos más fondos para cubrir los museos que han sufrido por culpa de Rusia”, subraya Zenchenko. Con Infobae

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