12 de noviembre
Actualidad

Roy Barreras compartió su experiencia con el tratamiento contra el cáncer

A cinco meses de haberse conocido el diagnostico de cáncer del presidente del Senado Roy Barreras, recientemente, el vallecaucano compartió en sus redes que el tratamiento ha funcionado, a tal punto, que el tumor disminuyó su tamañao en un 90 porciento.

“He compartido con ustedes, como es mi deber, ‘las malas noticias’ del cáncer. Hoy les comparto las buenas noticias. Gracias a la radioterapia y quimioterapia, y al cuidado de los médicos, el tumor ha disminuido en un 90 por ciento. Día de felicidad este en que nos estamos deshaciendo del mal”, comentó a través de su cuenta de Twitter.

Barreras, quien ha tenido que dividir su tiempo, los últimos meses, entre la construcción del partido “Fuerza por la Paz”, impulsar en el Congreso las reformas del gabinete de Gustavo Petro y el tratamiento de quimio y radioterapia, decidió compartir su testimonio, entusiasmado, por la forma en la que ha avanzado su enfermedad, en medio de un escenario –ciertamente– positivo.

Fue así como, aprovechando una de sus sesiones de quimioterapia, invitó a quienes atraviesan una situación de salud similar a la suya o cuidan de alguien en la misma posición, a entender que, gracias a los avances científicos, los pacientes diagnosticados con cáncer pueden seguir disfrutando de la vida, mientras superan la enfermedad.

“A las miles de familias que padecen el cáncer en uno de sus familiares les dedico este hilo breve con mi testimonio esperanzador. Hoy en día los avances médicos son enormes y la mayoría de los cánceres son curables. Las molestias causadas por la quimioterapia son pasajeras”

Roy, quien también es médico, recordó que el cáncer es una enfermedad que no solo tiene implicaciones fisicas, sino también emocionales, por lo que, recomienda, intentar mantener el animo, a pesar de los malestares que el tratamiento o la enfermedad pueden llegar a generar:

“Con frecuencia los pacientes se deprimen por los síntomas de la quimio. Deciden no comer por las náuseas que generan, pero ¡Hay que alimentarse! Hay que tener fuerzas para derrotar a a la muerte. ¡La debilidad en las piernas, los calambres o los entumecimientos pasarán!”

Y añadió que no hay que sentir resentimiento por los dolores generados a raíz de la quimioterapia, ya que, los químicos que suministrados en cada sesión pueden acabar con la enfermedad “Lleguen hasta el final del tratamiento. Sé que los síntomas son acumulativos y las últimas sesiones son más duras ¡Pero curan! Cuando les inyecten los liquidos de la quimio (les escribo conectado a la bomba de infusión en mi sexto ciclo) ¡Celébrenlo! Están recibiendo en las venas las sustancias que disuelven el tumor”.

Para terminar haciendo un llamado como paciente, no como médico, ni como presidente del Senado:

“Esperen las sesiones con mente positiva ¡Esta es su arma para ganar la batalla! Los síntomas son pasajeros ¡La curación es definitiva! Cada síntoma tiene medicamentos paliativos. No esperen la jaqueca, tómense el analgésico”.

En su caso, ayudó poder seguir trabajando, incluso, según dice, llegó a redoblar sus esfuerzos en el Congreso, pero entiende que cada caso es distinto, así que invita a quienes, por le momento, estén enfermos a seguir el tratamiento, tal y como lo indique su médico de cabecera.

“No esperen el vómito, tómense los antieméticos… Hay medicamentos para controlar calambres y entumecimientos ¡Distraigan su mente trabajando! Consulten con sus médicos porque, hoy, hablo como paciente. Pero sé que hay maneras de soportar el tratamiento hasta lograr la cura: ¡Perseverar!”, concluye.

Recientemente, en una entrevista concedida para Revista Semana, Roy bromeó sobre estar bailando con la muerte, pero advirtió, que así como se ha dado a la pela en el Congreso, seguirá haciéndolo con su enfermedad, que, en Colombia, afecta a más de 10 mil personas.

“Los colombianos tenemos un dicho, que es que a veces nos toca bailar con la más fea. Y la más fea es la huesuda, la calaca, la catrina, la flaca indeseable que es la muerte. Entonces, pues si me toca bailar con ‘la más fea’, yo me la bailo hasta que la canse y la derrote, si Dios quiere. De manera que no le abro espacios al fantasma de la muerte para deprimirme, para encerrarme, para decir que entonces no puedo trabajar. Con Infobae

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