viernes, marzo 29, 2024
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Una futbolista murió en accidente de tránsito: culpan al club, por no contratar un bus


El siniestro dejó dolor, enojo y una colecta solidaria en Argentina.
Juliana Gómez tenía 20 años, jugaba al fútbol en la Tercera División de Argentina y murió en un siniestro vial cuando regresaba de disputar un partido en un auto particular. Sus compañeras de equipo acusaron al club Argentino de Merlo por la “negligencia” de “no querer contratar” un autobús y denunciaron las condiciones en las que compiten.

Una semana después de su deceso, las compañeras de Juliana reciben el cariño de jugadoras de otros equipos, que saben las dificultades que afrontan las mujeres que quieren jugar al fútbol, mientras organizan una colecta solidaria para ayudar a las tres futbolistas que viajaban con ella y fueron hospitalizadas: Luján Benítez, Aldana Vargas y Tatiana Corso.

Según un comunicado emitido en las últimas horas, las tres «se encuentran intentando recuperarse de este duro momento sin ayuda para cubrir gastos médicos y de traslado».

Ellas tres y otras integrantes del plantel denunciaron esta semana las condiciones en las que tuvieron que afrontar el partido ante Atlético de Rafaela el 8 de octubre.

«Esto no fue un accidente, esto fue negligencia. Las autoridades de Argentino de Merlo deberían hacerse responsables de la muerte de una jugadora, de apenas 20 años, que iba a representar al club. En el entierro estuvimos solas, como siempre”, dice el texto.

«Los dirigentes debían contratar un micro escolar y Juli hoy estaba con vida. Pero no, nosotras las jugadoras tuvimos que darle esa triste y desagradable noticia a su madre. Sentimos bronca (enojo) y vergüenza», añadieron.

Según relataron, partieron el viernes a la medianoche desde la Provincia de Buenos Aires rumbo a la de Santa Fe (unos 550 kilómetros), llegaron «sin dormir», desayunaron y se fueron al estadio a disputar el encuentro.

«Al término del partido, nos duchamos y sin poder descansar emprendimos el viaje de vuelta a Buenos Aires. Siempre nos exponen, pero si queremos competir esa es la única opción: ir por nuestros propios medios», aseguraron.

En los últimos días, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), clubes como Boca y River y muchas futbolistas, entre ellas la figura de la selección argentina y jugadora del Atlético de Madrid Estefanía Banini, expresaron en redes sociales su pésame por la muerte de Juliana Gómez.

Adriana Arteaga es jugadora de la selección peruana y la capitana de Villas Unidas, club que comparte la categoría con Argentino de Merlo y sí pone todos sus recursos a disposición de las futbolistas.

«Me siento enojada y triste a la vez. Esto no tendría que haber pasado. Esperemos que la mayoría de los clubes pongan los recursos que necesitan las jugadoras», dice a EFE Arteaga, que considera el transporte a los partidos como algo «fundamental».

Sus compañeras de equipo María Eugenia Mendoza, Florencia Garay, Sasha García y Natalín Jiménez también expresan su pesar por la muerte de Gómez y piden que sea “un antes y un después” para el fútbol femenino.

“Nadie pide tener lujos, sino lo necesario para poder disfrutar del deporte que más nos gusta”, explica a EFE Garay.

Mendoza, García y Jiménez sostienen que la muerte de su «colega» se «podría haber evitado» y remarcaron que algunos clubes, como Villas Unidas, sí se preocupan por brindarles las condiciones necesarias para poder jugar al deporte que aman.

El entrenador de Villas Unidas es Gustavo Levine, autor del libro «Fútbol Femenino: Método de Entrenamiento específico y Realidad cotidiana» (2022, Autores de Argentina), que en sus páginas retrata las múltiples dificultades de las futbolistas, especialmente las que juegan en Tercera, en Argentina.

Levine cree que decir que está «todo mal» sería “injusto con aquellos clubes que cubren las necesidades», pero señala que hay muchos que «no les brindan a las jugadoras lo que necesitan».

«No hablo de merecimiento, sino de necesidad. Para poder desarrollar la disciplina hay algunas necesidades que deben cumplirse», dice Levine a EFE.

“En cuestiones de traslados, muchos clubes procuran que sus jugadoras tengan un transporte adecuado y otros dejan a las jugadoras a la buena de Dios. Ese fue el caso de Juliana. Esta muerte ocurre en un intento de ganar tres puntos en un partido de fútbol en una competencia oficial. Hay que reflexionar para ver dónde estamos parados y paradas y qué estamos haciendo para que esto cambie”, concluye.

EFE

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