viernes, abril 19, 2024
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“Mi hija quiso alertarme que estaba en peligro”: madre de Cindy Bustos

Han pasado seis meses desde aquel 1 de febrero, en el que la angustia invadió los corazones de toda una familia. Los Busto Ospino iniciaron el día esperando respuesta a una pregunta, que jamás imaginaron tener en su cabeza. ¿Dónde está Cindy Julieth Bustos Ospino?

Las horas transcurrían desde que su madre Isbelia Ospino Santana, recibió la primera llamada, a eso de las 11:00 de la mañana. en la que preguntaban sobre el paradero de su hija. Lo que parecería una conversación pasajera para muchos, para esta madre fue la alerta que llegó hasta su corazón haciéndola pensar que algo malo estaba pasando.

“Su compañero sentimental Arley David Rangel Verano, en medio de mi preocupación me dijo que Cindy había hablado con él y que enseguida le devolvería la llamada, la cual esperé y esperé. Lamentablemente nunca fue, supe de mi hija tres días después cuando fue localizado su cadáver”, manifestó la afligida madre, cuya mirada triste busca una respuesta a tantas interrogantes que ni las autoridades han dado para responder.

El cadáver de Cindy Julieth Bustos Ospino, de 37 años; auxiliar de enfermería, oriunda de Granada, Magdalena, fue localizado el 4 de febrero de 2022, en una trocha que conduce hacia la vereda El Palmar, corregimiento de Azúcar Buena, conocido como La Mesa; jurisdicción de Valledupar.

Esta mujer tenía tres días desaparecida, tiempo en el que sus familiares imploraban a Dios que el cuerpo no se tratara de la Cindy. “Desde el momento que me enteré que se trataba de mi hija, estoy viviendo una interminable pesadilla, sentí que una parte de mi alma se fue con ella, más aún cuando días antes del crimen, sentí que ella me quería informar sobre el riesgo en el que se encontraba, lo dice mi corazón de madre; ella quería decirme algo, me preguntaba insistentemente cuando la visitaría en su apartamento ubicado en el barrio 450 Años, el cual compartía con su pareja y dos de sus hijos”.

LA VERSIÓN HA SIDO CAMBIADA

Aunque se muestra serena y pausada, Isbelia Ospino, con el pasar de los días, recibe a través de la palabra de Dios las fuerzas que como madre y ser humano necesita para seguir buscando al asesino de su hija, labor que aunque sabe corresponde a los entes investigativos, su alma no estará plena hasta saber qué pasó con su hija, su aliada y amiga.

A diario sus lágrimas no dejan de aflorar, su dolor está intacto, su alma sigue en un hilo desde aquel 1 de febrero, cuando por horas esperó la llamada de su hija, a quien describió como una mujer alegre, cariñosa, responsable y muy apegada a sus hijos y familiares.

“No hay duda que Cindy salió de su casa en compañía de quien era su compañero sentimental, Arley David Rangel Verano a bordo del taxi de su propiedad. Lamentablemente este señor cambió la versión varias veces, inicialmente dijo que la había dejado en la Olímpica La Ceiba, luego en una calle cercana y hasta dejó entrever que mi hija se había ido del país”.

Las dudas en torno a esta persona, con quien Cindy convivió un año aproximadamente, persisten y a la Fiscalía se han entregado elementos probatorios, como llamadas, mensajes de texto y hasta el testimonio de algunas personas que los vieron juntos, pero lamentablemente no hay respuesta, este señor sigue libre sin responder por este hecho.

Otros detalles que se tienen, es que este hombre el día de la desaparición de Cindy llegó al apartamento, donde estaba uno de los hijos de ella, acelerado, sudado y con arañazos en sus brazos. “Tanto su hijo, como algunos vecinos le preguntaron sobre el paradero de Cindy y solo dijo que ya regresaba. Él tenía todo preparado, no quería que encontraran el cuerpo, buscaba demostrar que mi hija había abandonado todo”.

“ALGO ME QUISO DECIR”

Recordando a su hija, como una mujer llena de sueños que desde La Guajira llegó al Magdalena y luego al Cesar, doña Isbelia insiste en que cada conversación que diario tenía con su hija vía telefónica, sentía que algo estaba pasando.

“Ella era muy apegada a mí, yo era su defensora, la que salía a dar la cara por su bienestar. Era indefensa y no sabía hacer nada sin mi opinión. Mi corazón tiene ese vacío, Cindy algo me quiso decir antes de su asesinato; su relación con Arley Rangel nunca fue aprobada por la familia, incluso hubo evidencias del maltrato al que era sometida constantemente”, recordó.

“POR EL DESCANSO DE

MI ALMA Y LA DE MI HIJA”

Ya han pasado seis meses y este crimen sigue en el limbo. En Valledupar han sido asesinadas más de diez mujeres en lo que va de 2022, casos calificados por la Fiscalía como homicidios y feminicidios, entre los cuales se encuentra la muerte de Cindy Bustos, la cual sigue entre el laberinto investigativo de la policía judicial que aún no consigue pruebas contundentes para señalar al agresor.

“Por el descanso de mi alma y la de mi hija, pido ayuda a las autoridades y a las personas que pudieron haber visto algo el día del crimen, que colaboren con los investigadores. Exijo que la muerte de mi hija no quede impune, necesito saber dónde está el asesino y qué pasó con Cindy; mi alma y mi corazón están llenos de tristeza esperando el respaldo de la Fiscalía que sigue sin respuesta”.

En relación a este caso que causó conmoción en Valledupar y el Cesar, la Fiscalía Seccional Cesar, asegura tener encaminadas las investigaciones. “El caso no está olvidado, estamos en la búsqueda de pruebas contundentes que permitan librar las órdenes de captura y condenar al culpable de este feminicidio. No hay riesgo de impunidad en este caso, pido paciencia a sus familiares y que confíen en el trabajo que se está desarrollando”, dijo el Andrés Palencia, director de Fiscalía seccional Cesar.

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