viernes, mayo 3, 2024
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“Tallar el Cristo en el árbol fue el inicio de una nueva oportunidad de vida”

Dios da a sus hijos una segunda oportunidad. Su luz siempre ilumina el camino de quienes creen en él como refugio de vida y superación, tal y como ha sucedido con el recordado Pedro Ortega, un hombre que en estado de indigencia y sumido en la drogadicción, talló la imagen de Jesucristo en un árbol seco que revivió con esta bendición divina, propia de un artista que aunque veía todo perdido, su esperanzas siempre estuvieron intactas entre el abismo que lo envolvía.

Como si fuera un apóstol de las segundas oportunidades, Pedro Ortega ha salido por la vida a decir que se pueden dejar las drogas; él se recuerda como el hijo de un presente de cambios absolutos.

“Mi vida antes no tenía este sentido, no sabía la representación que tiene una persona al dar esta clase de experiencias, el ser un testimonio viviente de lo que es la labor social que la Gobernación del Cesar ha hecho”, afirmó Pedro, quien regaló una obra invalorable al Parque de Las Madres de Valledupar.

Sus manos envueltas por el grosor del arrepentimiento mantienen el talento intacto y con ellas le da vida a su apostolado: “La drogadicción es una enfermedad que necesita ayuda y se debe buscar de esa ayuda para superarla. La familia juega un papel muy importante, para superar este flagelo”.

Fue un día de esos amargos que el destino lo puso frente a la tentación, una pesada cruz que por años tuvo que cargar sobre su humanidad, hasta que la piedad secó su rostro, enjugó su caminar descalzo por el pavimento y le marcó un nuevo destino. “Fueron muchos años en las drogas”, recuerda Pedro, viendo su caso superado.

Pedro nació en Valledupar hace 48 años, ha visto multiplicar familias y en sus bolsillos pesaba el arrepentimiento, pero ahora pudo volver a abrazar con firmeza a los suyos, mover fibras con su testimonio y ponerle la cara al destino, al punto que tendrá oportunidades como la de tallar una imagen en el moderno Centro Cultural de la Música Vallenata que se construye en la capital del Cesar, con herramientas que le fueron donadas por la Gobernación.

“A una persona como Pedro teníamos que sacarla adelante, pero no solo a él, sino que tenemos otros casos en marcha y se requiere de apoyo del gobierno nacional porque son tratamientos costosos, pero lo que tengamos que hacer lo vamos a hacer, porque nos preocupa que ya muchos niños están atrapados por las drogas”, señala Cielo Gnecco, primera Dama del departamento y quien lideró el proceso.

El caso de Ortega es la bandera del trabajo entre las dependencias de Salud y Política Social, que buscan apagar el fenómeno de la drogadicción en el Cesar, para lo cual ya hay un equipo de 20 especialistas tratando el tema en los 25 municipios.

Pedro estima que el cielo le dio la oportunidad más grande posible y siente, con su testimonio, lo que tal vez pudo sentir Simón Pedro cuando Jesús le dijo: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella”.

‘TOCAR FONDO NO ES MALO’

Jairo Hernández, director del Centro de Recuperación Hombres de Bien, donde se rehabilitó Pedro Ortega, aseguró que el caso de este artista demuestra que tocar fondo no es malo, lo difícil es no querer salir de allí. “La primera vez que hablé con Pedro me di cuenta que estaba sufriendo, él me pidió que le diera la oportunidad y es allí donde uno determina las ganas que tiene la persona de salir de ese infierno”.

El centro de rehabilitación te muestra el 20% del camino hacia el resurgir, el 80% corresponde a la persona. “Él nunca se quejó, siempre aceptó el proceso y por eso Dios le está abriendo las puertas”, dijo.

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