sábado, mayo 18, 2024
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Por hechos de corrupción condenan a dos exalcaldes (e) de Becerril

Luego de avalar el allanamiento a cargos de los procesados, el Juzgado Primero Penal del Circuito de Valledupar condenó a Soraya Cristina Pinto Borrego y a Gregorio Ignacio García Cárcamo, exalcaldes (e) de Becerril, a 6 años y medio de prisión y el pago de una multa de $1.908 millones, tras ser encontrados responsables de los delitos de peculado por apropiación, agravado y contrato de sin cumplimento de los requisitos legales.

Por las mismas conductas punibles fueron imputados Edna María Henríquez Arellanos, representante legal de la unión temporal Inversumnistros Samil, quien tenía la responsabilidad del desarrollo administrativo y Sergio Rafael Acosta Díaz a título de intervinientes. Estas personas fueron condenadas a 5 años y siete meses de prisión y al pago de una multa de $1.431 millones.

El Juzgado también sentenció a Darlyn Bueno Contreras, hermana de la alcaldesa titular de la época, Yanci Buno, a 5 años y medio de prisión y al pago de $1.431 millones como multa, quien habría intervenido y direccionado los contenidos del acuerdo.

LA INVESTIGACIÓN

De acuerdo con Fiscalía los hechos se dieron en diciembre de 2010, cuando Pinto Borrego fungía como alcaldesa (e) de la localidad, celebró un acuerdo con la unión temporal con el objeto de construir 180 viviendas de interés social tipo 1.

Para ello el municipio aportaría $3.000 millones y concedería subsidio a 100 familias por $25.353.728.

La Fiscalía pudo establecer que en abril del 2011 Gregorio García Cárcamo, como alcalde (e) de Becerril modificó parcialmente el acuerdo suscrito por Pinto Borrego y dispuso que el terreno ofrecido en donación fuera cambiado por uno de menor extensión, aduciendo que el primer lote no era apto para la construcción.

La Fiscalía demostró que en agosto del 2011 García Cárcamo adicionó al proyecto $180. 460.000 millones de pesos con el pretexto de adelantar obras urbanísticas.

Según el ente acusador el cambio de terreno “Tierra Santa”, tuvo como aspecto defraudador el que la compra del segundo lote “La Esperanza” propuesto para el proyecto se adelantó con un representante de la unión temporal por $210. 000.000. El dinero de la compra fue aportado por el municipio, lo que muestra que el compromiso de la unión temporal no fue satisfecho.

El material probatorio evidenció que solo se construyeron 100 viviendas de mala calidad a tal punto que no cumplieron con las normas urbanísticas, causando un detrimento por el valor del convenio incluyendo su adición.

 

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