jueves, abril 25, 2024
Opinión

Un Festival para la historia

Por: Augusto Aponte Sierra

«Ya comienza el festival, vinieron a invitarme…” pero esta vez los provincianos no vendrán a cantar con nosotros.

También comienza el festival de oposiciones, con pocos versos y mil polémicas. Los chismes llegan como el COVID: contagiando a ‘la trocha y mocha’.

Ya se escuchan los ‘Rumores de viejas y nuevas voces’… en el viejo y en el nuevo Valledupar, cantando bochinches y peloteras; unos en pro y otros en contra de la realización de la 53 versión del festival vallenato.

«Porque mi tierra ya no es lo que fue…” y su festival, tampoco volverá a serlo. El COVID y la virtualidad de nuestra vida diaria, nos obligaron a cambiar el estilo musical y su divulgación también…
Bueno, entonces a los que vemos los toros desde la barrera, nos quedan muchos interrogantes en la lógica de imaginar ‘el cómo’ sería un festival cuya esencia es unir corazones, gustos y abrazos, el apretón de manos para certificar a una amistad recién conquistada y sobre todo del roce del pueblo con el pueblo. Nos quedará esa rara sensación que se siente al comerse un bombón sin quitarle el papel y de beberse una cerveza sin alcohol. Sí, esa rara sensación desabrida pero saludable.

Ojalá y aquellos que buscan objetivos para un bien colectivo, les ganen en todos los concursos a los que quieren el protagonismo individual y la riqueza particular y no sea como dijo Gustavo Gutiérrez: «que lo tradicional muera por ‘odios y piques’, por algunos billeticos.

Entonces, como se inició el concurso de opiniones, yo abro el acordeón de la mía.

Para decir que SÍ apoyo su realización, por todo lo que aporta como evento virtual, tanto en ganar experiencia en el uso de la tecnología, como para el bien de la difusión y divulgación de nuestro folclore. También porque reactiva una de las economías más golpeadas por la pandemia, como es la Economía Naranja, haciendo correr la moneda de la publicidad. También nos traerá una alegría incomparable a los amantes del vallenato tradicional, como es el disfrutar desde las graderías de una prolongada cuarentena, de los concursos con versos y acordeones. Todo lo anterior bajo estrictos protocolos de bioseguridad.

Igualmente, nos quedará la rara sensación de ver a un Rey vallenato coronado por la tecnología y la virtualidad de una música que luce como una ´cuchi Barbie´: vieja en sus años de existencia y vestida con el atuendo de juveniles costumbres. Porque los aplausos serán unos silenciosos ‘Likes’, y, los ‘Nojodas’, unos ‘Emojis’ con cara de muñecos expresándolos como los quiera emitir el internauta.

En lo que yo NO estoy de acuerdo, es en la fecha de su realización. Aquí expongo lacónicamente lo más esencial de mi opinión en contra de ésta, que ya parece un hecho irreversible: el pico máximo de contagio para la enfermedad del COVID en Valledupar es, justamente, para esa fecha…

Bueno, suceda lo que suceda, hágase o no se haga, este será un festival para la historia musical de Colombia y porque no, del mundo.

Amigos, este será el primer festival de música vallenata, sin el homenaje a su leyenda vallenata, ni el de su mejor voz: el Jilguero Jorge Oñate, y sin el sol ardiente con el que su legendaria plaza Alfonso López nos quema el alma con su alegría y con su sabor a pueblo.

Bueno, como diría Diomedes Diaz: Se las dejo ahí…!
Feliz semana.

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