miércoles, abril 24, 2024
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Desde Barranquilla Valeria empezó a guerrear con el cáncer que la trajo de regreso

Valeria Guerrero de 21 años de edad, se encuentra ,en la Clínica General del Norte, donde fue recibida con mucho cariño, lo que presagia un final feliz. Con una cartelera que decía ‘Bienvenida Valeria’, globos y el fondo de la canción ‘Volveremos’, himno de la esperanza

En horas de la noche del viernes primero de mayo la joven aterrizó en Bogotá y, tras cumplir con todos los protocolos de protección y seguridad, fue trasladada a Barranquilla en un avión ambulancia de la Fuerza Aérea Colombiana, Super King 350.

La operación se llevó a cabo luego de que la madre de Guerrero, Marta Storino hiciera un llamado en redes sociales para que las autoridades nacionales e internacionales se solidarizaran con el caso de su hija y la ayudaran a regresar a Colombia, puesto que el seguro estudiantil no cubría el tratamiento que requiere la joven, a quien le diagnosticaron cáncer linfático en etapa 4.

Entrada la noche, aterrizó en el Comando Aéreo Cacom No 3 en Malambo, Atlántico, en un avión medicalizado de la Fuerza Aérea. Allí la esperaba la madre Marta Storino, quien, por medidas preventivas socializadas por las autoridades en salud, solo lograron estrecharse  con una tierna y profunda mirada, dejando ver toda la alegría por el reencuentro y el inicio de una nueva lucha.

Inicia el tratamiento de la mano de Dios 

Valeria Guerrero de 21 años de edad, se encuentra ,en la Clínica General del Norte, donde fue recibida con mucho cariño, lo que presagia un final feliz. Con una cartelera que decía ‘Bienvenida Valeria’, globos y el fondo de la canción ‘Volveremos’, himno de la esperanza en medio de la pandemia, la joven entró a ese centro asistencial.

Desde ya  empezó a recibir el tratamiento para combatir la patología que la aqueja, gracias a la intervención de muchas personas particulares y empresarios de buen corazón que atendieron su solicitud para que la joven pueda curarse y volver a sus estudios.

Ella a su regreso al país agradeció a todas las personas que se han preocupado por su caso; al mismo gobierno nacional y en Barranquilla a empresarios y dirigentes locales, que le ha ofrecido ayuda no solo para el tratamiento médico, sino para que continúe sus estudios de medicina en la ciudad.

Después de ver pasar por sus ojos la zozobra de no saber qué podía pasar con su vida estando tan lejos de su tierra amada, sacrificada por lograr una carrera universitaria que hoy se ve temporalmente truncada por las vicisitudes que nos da la vida, ella vuelve a ver la luz al final de túnel.

Para Valeria todo ha valido la pena; el esfuerzo de su madre que jamás ha claudicado, pues es ella, su progenitora, la artífice de esa cadena de solidaridad que hoy la tiene devuelta no solo en su Barranquilla del alma, sino en la clínica, iniciando un tratamiento que en poco tiempo empezará a dar sus frutos para que Valeria vuelva a recuperar su salud y continuar con sus estudios y todo lo que le apasiona.

Esta chica ha demostrado con denuedo que no se deja vencer por los avatares de la vida, y que sus ganas de vivir y salir adelante están por encima de cualquier bajón de salud.

Con LL

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