martes, abril 23, 2024
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Los Nazarenos, la comunidad religiosa más antigua del Cesar

Son 258 años de historia que tiene la hermandad Los Nazarenos en el corregimiento Valencia de Jesús, en Valledupar. Es la comunidad religiosa más antigua del Cesar y se encarga de conservar la tradición de fe y devoción en esta población, que cada año se convierte en centro de romería de miles de fieles que llegan de diferentes regiones. Allí se encuentra una iglesia colonial, considerada joya arquitectónica, elevada a patrimonio nacional de Colombia.

Valencia de Jesús es el pueblo con mayor arraigo religioso en el Cesar. Los antecedentes de este fervor se remontan a la existencia de una mujer española bastante adinerada llamada Cacilda, que se radicó en esta localidad, quien emprendía todos los años un viaje a lomo de mula, tomando camino por la Sierra Nevada de Santa Marta hasta llegar a Río Frío, en la zona bananera, de donde seguía hasta Santa Marta, para estar el jueves Santo en la capilla San Francisco donde conservan la imagen del Nazareno.

Para la época se le atribuían muchos milagros al Nazareno. Cuando Cacilda, estaba entrada en años y no podía realizar la travesía, como tenía mucho dinero, porque sus esclavos explotaban esmeralda y oro en las minas de Garupal e Iracal, con sus propios recursos mandó a construir la iglesia en Valencia para el culto del Nazareno y María Inmaculada, imágenes que mandó a tallar y las donó a la comunidad. “Ahí comenzó a forjarse la devoción al Nazareno, siguiendo con la tradición”, cuenta uno de los más veteranos de la hermandad.

La fraternidad de los Nazarenos nació en 1760, cuando construyeron otras imágenes como la de María La Dolorosa. Empezó con 24 miembros, que tenían cada uno su puesto asignado en la procesión. 12 de ellos cargaban el peso del Nazareno, cuatro La Veracruz, uno tocaba el estandarte, otro el caracol marino, uno más la matraca y otro la esquila.

En ese entonces, no había relevo en la procesión. Los demás participantes en el recorrido eran personalidades de la región. Con ese número de integrantes, la hermandad llegó hasta principios del siglo XXI.

A partir de 1925 admitieron 12 miembros más, para llegar a 36, con el objeto de relevarse en el paso del Nazareno. Después en 1933, dieron vía libre para que ingresaran todos los varones y crearon la figura del aspirante, que remplazaba al hermano que moría o se retiraba. Hoy son más de 300 los miembros de esta congregación.

Penitentes no se flagelan. Unos 150 penitentes caminan a pie descalzo las calles de Valencia de Jesús, forrados con túnicas negras, para cumplir y pagar promesas a Jesús de Nazaret.

Esta es otra de las tradiciones que se mantiene y crece conforme a los favores recibidos. El jueves Santo a las doce del mediodía,  los miembros de la congregación y particulares que hicieron peticiones y les fueron cumplidas, salen del templo para hacer el recorrido de un kilómetro con ocho estaciones en el pueblo. Durante el trayecto, algunos cargando postes de madera, dan gracias al Nazareno por los milagros recibidos.

Hasta hace unas tres décadas los penitentes dejaron de flagelarse. Teófilo Ruiz y Américo Rosado fueron de los últimos en hacerlo. Se pegaban en la espalda con un látigo de cuero maduro.

Otros creyentes llegan de poblaciones vecinas a agradecerle al Nazareno, teniendo como penitencia trasladarse a pie desde sus lugares de origen hasta Valencia. Así cumplen largos trayectos desde Mariangola, Aguas Blancas y Valledupar.

Entre los favores por los que se pagan estas mandas figuran la cura de enfermedades, superación de dificultades en el hogar y problemas económicos.

“Celebramos la pasión, muerte y resurrección de Jesús, además de las eucaristías. Realizamos la procesión que representa la muerte y el sermón de las siete palabras, todo se hace con imágenes sagradas que son cargadas en hombros”, dice José Gutiérrez, integrante de la hermandad.

En Valencia de Jesús instalan una representación del Monte del Calvario –que es el sitio de encuentro– el domingo para celebrar la resurrección de Jesucristo.

Semillero de fe. Más de 200 niños, entre inscritos y participantes, conforman el semillero de la hermandad de Los Nazarenos en esta población cesarense. La congregación les enseña todos los domingos la tradición oral y con un programa de catequismo los forman en el conocimiento de la palabra de Dios.

“La formación incluye la parte litúrgica, el magisterio eclesiástico y la teología”, sostiene Johnny Vega. Los niños son protagonistas en la Semana Mayor, cumpliendo con procesiones y actos religiosos propios de esta celebración.

“Estamos conservando con estos niños y jóvenes nuestra tradición religiosa”, indica Vega.

De esta forma la hermandad de Los Nazarenos en Valencia de Jesús sigue proyectándose al futuro, con un relevo generacional para perpetuar la fe y la devoción en este pueblo del Cesar. Miguel Barrios/EH

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