jueves, marzo 28, 2024
Opinión

OPINEMOS CON RESPETO

Por: Alfonso Romo Tangarife

A través de las redes sociales tenemos un importante espacio para el ejercicio de nuestro derecho de libertad de expresión, pero el ejercicio del mencionado derecho, como cualquier otro, no implica extralimitaciones y, por el contrario, tiene límites; Debemos entender que el ejercicio de cualquier derecho debe partir del respeto como el principio más elemental en las relaciones de los seres humanos y que nuestro derecho llega hasta donde comienza el de los demás.

Infortunadamente la realidad que vive nuestro país es todo lo contrario a lo que debe ser el buen ejercicio de nuestra libertad de expresión y hemos convertido las redes sociales en un medio para faltar el respeto a nuestros dirigentes y a cualquier persona, disfrazando de opinión, el odio, la rabia, las diferencias por color político, la intolerancia hacia los demás por su forma de pensar y el hambre de poder, actitudes que parecen tan inherentes a la genética de nosotros los colombianos que pareciera que no podemos sacarlas de nuestro ser.

Hemos caído tan bajo que para opinar o debatir tenemos que referirnos en términos injuriosos o calumniosos hacia los demás dañando su buen nombre, como apropósito sucedió el pasado 14 de julio con el expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez al referirse a un periodista, lo que suscitó que durante todo este fin de semana el país entero en las redes sociales, incluyendo a algunos de sus simpatizantes, rechazaran sus señalamientos.

Además de lo reprochable y delicado de la situación presentada, creo que tuvo mayor trascendía por la calidad que ostenta el Doctor Uribe y muchos hasta podrían estar pensando que es la primera vez que en twitter se hace una opinión dañina, injuriosa y calumniosa y que toda la crisis que se ha generado en esta red social solo toca a los dirigentes o personalidades de mayor connotación en las altas esferas del poder en el nivel nacional, es decir, congreso, gobierno, rama judicial y órganos de control; pues no, resulta que la crisis es general y las opiniones que podrían tipificar los delitos de injuria y calumnia y hasta otros tipos penales las encontramos todos los días en twitter y toca también a los dirigentes locales en los departamentos y municipios y a sus ciudadanos.

Valledupar no escapa a esta realidad, con las pocas excepciones que se pueden contar con los dedos de las manos; para muchas personas la red social twitter se ha convertido en su escenario predilecto para atacar a los dirigentes locales faltando al respeto, haciendo señalamientos injuriosos y calumniosos, criticando sin argumentos, arremetiendo de igual forma contra otras personas que no comparten sus comentarios y hasta para chismosear y al final de cuentas para perder el tiempo porque el uso de twitter de esta forma no aporta nada, no conduce a nada, es un tiempo perdido.

Creo que debemos de una vez por todas hacer un pare en el camino y reflexionar sobre la forma como estamos haciendo uso de nuestro derecho de libertad de expresión en las redes sociales y decidirnos a respetar. Se hace necesario opinar con respeto; las opiniones injuriosas y calumniosas, con soberbia, con odio, sin objetividad, nunca generan resultados positivos o pueden servir de aporte para que cualquiera las tenga en cuenta; lo único que se puede esperar es que sean ignoradas o en el peor de los casos respondidas con ataques más fuertes generándose un círculo vicioso de irrespeto, porque no podemos olvidar que quienes fungen como dirigentes o cualquier otra persona también son seres humanos y tienen límites en su paciencia.

Creo que en Valledupar podemos generar opiniones con argumentos a partir de la diferencia de pensamiento y de color político, generar buenos debates en escenarios propicios, aportar ideas y hacer un control social a los dirigentes con mucha altura, en el marco del respeto que es lo que realmente deja resultados positivos y se constituye en un aporte valioso para el desarrollo de este territorio, y de paso nos estaríamos librando de incurrir en delitos de injuria o calumnia y quizás de otros que nos meterían en serios problemas.

Si se puede. Opinemos con respeto.

 

 

 

 

 

 

 

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