Cesar, un territorio estratégico entre la diversidad, los retos y el futuro

En el marco del 58 aniversario de la creación del departamento del Cesar, el balance sobre su presente y sus perspectivas futuras invita a una reflexión sobre su papel estratégico en la región Caribe y el nororiente colombiano. De acuerdo con la Cámara de Comercio para el Valle del Río Cesar, el departamento es hoy un núcleo fundamental dentro del denominado diamante Caribe–Santanderes, un punto de convergencia donde confluyen siete departamentos y múltiples dinámicas económicas, sociales y culturales.
Para José Luis Urón, director ejecutivo de la Cámara de Comercio, el Cesar es un territorio con vocación cosmopolita. “Aquí cabemos todos. No hay distinción de cultura, religión o política; somos un departamento donde todos son bienvenidos”, afirmó, al destacar la diversidad como uno de los mayores activos de la región.
Sin embargo, reconoce que el Cesar aún está en deuda con la visión planteada por Alfonso López Michelsen, quien lo concibió como el “departamento piloto” de Colombia, con proyección incluso hacia Japón y Sudamérica. A lo largo de las décadas, decisiones económicas y modelos de desarrollo han dejado aprendizajes y desafíos pendientes.
Urón recordó que uno de los principales errores fue el abandono progresivo del sector agropecuario. El auge del algodón, que llegó a ocupar más de 150 mil hectáreas, trajo consigo impactos ambientales significativos, como la contaminación de fuentes hídricas. Con la apertura económica, esta actividad perdió rentabilidad y dio paso a una ganadería extensiva que alcanzó cerca de 2,5 millones de cabezas, pero con bajos niveles de productividad.
Posteriormente, el departamento apostó por la explotación carbonífera, bajo la premisa de una bonanza duradera. “Hoy entendemos que es una actividad transitoria y que el futuro está en las energías limpias”, señaló Urón, quien destacó el potencial del Cesar para convertirse, junto a La Guajira, en un referente nacional en energía eólica y solar.

Desde una visión prospectiva, el director de la Cámara de Comercio insistió en la necesidad de retomar el camino agropecuario, pero con un enfoque moderno. “Hay que hacer agroindustria, transformar los productos, generar valor agregado y articular a las universidades para que formen talento humano con educación pertinente para el territorio”, afirmó, subrayando la urgencia de un desarrollo sostenible que mitigue los efectos del cambio climático.
En el plano cultural, Urón resaltó el papel de la música vallenata como uno de los mayores patrimonios del Cesar y del Caribe colombiano. “Con la música hemos avanzado en la paz, la convivencia y la economía; mueve recursos como ningún otro sector, pero no ha sido contabilizada ni dimensionada como corresponde”, señaló.
INTERESARSE EN LA GRANDEZA DEL CESAR
A sus 58 años, el Cesar sigue siendo un departamento con enormes potencialidades económicas y sociales, pero enfrenta retos estructurales que requieren voluntad política y compromiso institucional. Entre ellos, la seguridad, la eficiencia del servicio público y una visión de desarrollo alineada con las necesidades reales de la población.
Asimismo, destacó sectores estratégicos como el turismo, la salud, la educación y la cultura como ejes de la transición y la diversificación productiva. “El turismo es una verdadera locomotora de desarrollo. Tenemos diversidad, talento humano y gente trabajadora de todas las regiones del país y del mundo que ha llegado al Cesar. Eso hay que aprovecharlo”, concluyó.


