Entregan ‘dignamente’ el cuerpo de Saulo José Posada, víctima de un falso positivo en Valledupar
Tras 23 años de espera, la familia de Saulo José Posada Rada, joven albañil de 28 años, recibió de manera digna su cuerpo en Valledupar. Saulo fue asesinado en 2002 y presentado falsamente como “guerrillero muerto en combate” por integrantes del Batallón de Artillería No. 2 La Popa, en uno de los casos conocidos como falsos positivos.
La entrega se realizó este 15 y 16 de diciembre de 2025, en un acto coordinado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), el Instituto Nacional de Medicina Legal, y la Unidad de Investigación y Acusación (UIA), con el acompañamiento del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (CSPP), representante de las víctimas.
Saulo había desaparecido el 18 de agosto de 2002, luego de salir de la casa de su tía, Reyes María Rada Ospino, para cotizar un trabajo de construcción. Nunca regresó. Al día siguiente, su tía, quien trabajaba en el Hospital Rosario Pumarejo de López, reconoció su cuerpo en la morgue entre varios cadáveres señalados como guerrilleros abatidos en combate.
Durante años, la familia enfrentó estigmatización, señalamientos públicos, pérdida de vínculos sociales y desplazamiento forzado. Reyes María fue incluso despedida de su trabajo tras insistir en que su sobrino no pertenecía a ningún grupo armado.
El cuerpo de Saulo fue identificado en noviembre de 2025, luego de un proceso forense que incluyó la exhumación de una fosa colectiva en el Cementerio Jardines del Ecce Homo, donde fueron recuperados 107 cuerpos en el marco del Subcaso Costa Caribe del Caso 03 de la JEP. La identificación fue posible gracias al cruce de necropsias, toma de muestras genéticas y varias mesas técnicas entre las entidades judiciales y la familia.
Este hallazgo se da en cumplimiento de la Sentencia No. 2 de 2025, mediante la cual la JEP condenó a 12 integrantes del Batallón La Popa por la desaparición y asesinato de al menos 135 personas, entre ellas Saulo José Posada Rada.
Durante la entrega digna, los familiares recibieron acompañamiento psicosocial, orientación jurídica e información técnico-científica. Además, participaron en una ceremonia religiosa en el barrio San Martín, donde Saulo era reconocido como un joven trabajador y querido por su comunidad. Su cuerpo fue dispuesto temporalmente en un osario del Cementerio Ecce Homo, mientras avanza la construcción del Mausoleo de la Memoria para No Olvidar, un proyecto restaurativo ordenado por la JEP.
Para la familia, la entrega representa no solo el cierre de una larga búsqueda, sino la reivindicación del buen nombre de Saulo. “Esto debe ir acompañado de una declaración pública de la justicia que reconozca que Saulo era inocente”, afirmó su tía Reyes María.
Mientras tanto, en el marco del mismo subcaso, continúa la búsqueda de al menos 11 personas más desaparecidas y presentadas como bajas en combate en la región Caribe.