Como el cuentó de Blanca Nieves la madrastra malvada que envenenó a las niñas con frutas a través de un inocente domiciliario

El caso de las niñas envenenadas en Bogotá con frambuesas contaminadas con talio ha tomado un giro aún más inquietante, casi salido de un cuento oscuro como el de Blancanieves. La Fiscalía investiga si Zulma Guzmán Castro, empresaria con orden de captura internacional, estaría detrás del envío del mortal domicilio que terminó matando a dos menores.
El domiciliario que entregó las frambuesas congeladas con chocolate aseguró haber recibido una llamada sospechosa antes de la entrega. Lo que hace más grave el asunto es que esa llamada, según los investigadores, provino de un número registrado en Argentina, uno de los países que figuran en los movimientos migratorios recientes de Guzmán.
Esto coincide con un mensaje atribuido a ella, difundido tras la orden de captura, en el que niega los cargos, admite una relación con Juan De Bedout —padre de una de las víctimas— y menciona su estancia en Argentina por compromisos familiares y académicos. Sin embargo, las autoridades ya buscan cruzar los datos del número argentino con el contacto recibido por el domiciliario.
La hipótesis de la Fiscalía es que el envío fue premeditado y que Guzmán estaría implicada, aunque ella lo niegue. El uso de una fruta aparentemente inocente para envenenar, pero que comprobó que fueron compradas por la mujer, el vínculo con una figura cercana a las víctimas, y una posible llamada desde el extranjero evocan una trama calculada y perversa. La investigación sigue en curso.

