¡¡¿El vivo vive del bobo?!!

En un pueblito de provincia nació Roberto, a quien su familia llamaba con cariño Bob. Su parto tuvo complicaciones de asfixia que le generaron lesiones cerebrales con afectaciones motrices y del habla. Por estas razones no fue a la escuela, pero su mamá le enseñó en casa, sustituyendo con amor las funciones del colegio. Por ello, pese a sus dificultades motoras y del habla, Roberto socializaba con la gente del pueblo. Sin embargo, derivado de estas secuelas motoras, los adolescentes tremendos, para molestarle cuando salía solo, no le decían Bob sino bobo.
En un día cualquiera, un joven de su edad le ofreció escoger entre dos monedas, tratando de probar su inteligencia, y Bob escogió la de menor denominación. El joven se rio de él, y llamando a otros jóvenes de su edad repitieron muchas veces el mismo ejercicio. Reían y decía: “Bob, no seas tan bobo”.
Este juego se viralizó, y en el parque Bob frecuentaba cuando veía a gente reunida, pues era una diversión para muchos colocar monedas a Bob, para reírse de él por ser “bobo”, pues siempre escogía la moneda de menor valor.
Una tarde un comerciante extranjero observó la algarabía alrededor de Bob. Un joven con una moneda de $200 en una mano y otra de $100 en la otra, le decía: “Bob, ¿Cuál moneda escoges?” Y Bob, con palabras entrecortadas, por su dificultad en el habla, manifestó: “La 100”, tomando la moneda y guardándola en su bolsillo.
Así, pasaron varios jóvenes: $1.000/$200, $500/$200, $1.000/$500, $500/$100, $1.000/$100, y otras tantas combinaciones. Esa tarde, Bob se embolsilló en monedas más de $10.000. Los jóvenes se fueron y Bob se fue a su casa. Pero al día siguiente, se repetía la misma dinámica. Los jóvenes se divertían ante la “bobera” de Bob.
El comerciante ese día se acercó a Bob, antes de que éste se fuera a su casa, y también experimentó el juego un par de veces. Como siempre le ofrecían monedas, el comerciante sacó de su billetera varios billetes y le preguntó: “Bob, ¿sabes de cuanto es este billete? A lo que respondió inmediatamente, con su voz trabada: “de 10.000”. Así, el comerciante mostro todas las nominaciones de billetes, con la respuesta adecuada de Bob.
Finalmente, el comerciante hizo un ejercicio, con un billete de $5.000 y una moneda de $1.000: “Bob, ¿qué prefieres?
Bob tomó la moneda de $1.000. El comerciante probó con dos billetes: $100.000 y $10.000. Bob escogió el de menor valor.
“Bob, ¿por qué siempre escoges una moneda o un billete de menor valor?”, preguntó el comerciante.
“Porque después no me la hacen más.”, respondió Bob, con una sonrisa ingenua y su voz trémula.
Este cuento nos lleva a reflexionar, dado que muchas veces a quienes otros consideran bobo, éste resulta muy, pero muy avispado. Vivimos en una sociedad donde se promueva que “este mundo es para los avispados”, estimulando a la gente a ser astuta y buscar siempre ganar a toda costa, allende a lo conveniente de ser una persona viva, lista, sagaz o despierta, lo cual genera conflictos.
Este estereotipo de avispados, caracterizado por quienes adoptan este comportamiento de ser el más avispado de los avispados, son personas que tienen tergiversado lo valores y actúan al margen de principios; tanto, que el valor de la palabra se ha perdido, y los más temerarios incumplen contratos firmados con la mayor deshonra y cinismo. Pero, no todos los afectados proceden iguales, algunos son mesurados y propenden por subsanar el engaño por la vía legal, si ésta procede; mientras que otros utilizan la vía de hechos, apelan a la usanza de la fuerza.
En todo caso, es pertinente considerar la lección de Baidaba (Calila y Dimna. El libro del soberano y del político) cuando compartía a sus discípulos sobre los abusos y procedimiento violento de rey Dabshalin: “Si bien es cierto que no disponemos de otra arma fuera de la palabra, esta, que es la viva expresión de muestras fuerzas espirituales, habrá de darnos el triunfo sobre la fuerza de las armas.”
No podemos menospreciar a los demás, toda persona merece respeto y es digna de buen trato. Nadie es bobo per se, simple y llanamente quienes denotan ingenuidad no comprende aspectos de la vida por su bajo nivel de conciencia, por estar dormida. Pero estás personas pueden ser mejoradas y crecer si logran identificar su propósito de vida.
Esta cavilación trae a mi mente la película Zootopia, filme inspirador en donde se pueden identificar cinco personajes con personalidades a resaltar con respecto a la exhortación social de ser avispado. Estas son:
- Judy Hopps, la protagonista, una coneja optimista, independiente e idealista que sueña con hacer del mundo un lugar mejor.
- Dawn Bellwether, la antagonista, una oveja que parece dócil y amable al principio, pero en realidad es una villana astuta, manipuladora y sedienta de poder.
- Nick Wilde, coprotagonista, un zorro que inicialmente se muestra como un estafador carismático, sarcástico, astuto y despreocupado, que usa su ingenio para ganar dinero fácil, quien utiliza esta coraza para protegerse, por ser en realidad una personaje muy sensible y vulnerable, resultado de una traumática experiencia infantil donde fue acosado por ser carnívoro.
- El alcalde Leodoro Leonzález, un león carismático, orgulloso y pomposo, aunque también noble e inspirador.
- Y el Jefe de policía Bogo, un toro que se caracteriza por ser una persona brusca, autoritaria y severa, aunque también muestra lealtad, inteligencia y un sentido del humor seco.
Qué diferente sería el mundo si la gente sacara a esa Judy Hopps, que llevan dentro de sí, aferrándose a su sueño y con resiliencia vencer todo tipo de obstáculo que se yergue en el camino de su realización personal. Personas con este talante son líderes auténticos, con una inmensa vocación de servicio y centrados en los resultados mediante relaciones empáticas y sinérgicas con un pensamiento de ganar – ganar o no hay trato.
En contraposición existen los líderes autoritarios, como Bogo, que son seguidos por el miedo que generan a sus colaboradores, quienes se someten al abuso de estas personas por considerarse desafortunadas e incapaces de obtener nuevas oportunidades. Pero tales jefes esconden su alegría y su felicidad por temor a perder el poder y el respeto que tratan de imponer. Este tipo de personas generalmente aniquila la iniciativa y el pensamiento creativo de sus colaboradores, ampliando un círculo vicio de codependencia mediante una relación simbiótica. Pero cuando se topan con personas seguras de sí mismas, que no caen ante sus imposiciones y se someten ante sus exigencias extremas, se ven obligadas a reconocer el desempeño efectivo de estos individuos valientes y ávidos de triunfar.
Pero, que Dios nos libre de personas como Dawn Bellwether, pues son seres perversos que, pese a su camuflaje e ínfulas de inteligentes y temerarios, son en realidad elementos vacíos y mediocres que escalan denigrando de otros y siendo serviles ante alguien con jerarquía superior. La deslealtad y la traición están en el orden del día de estos individuos, capaces de proceder como Judas, dado el caso. La avaricia de poder y de dinero los enceguece, rompiendo el sello sagrado de la “amistad” que profesan con hipocresía.
Finalmente, en el ámbito político, encontramos individuos como el Alcalde Leodoro Leonzález, protector de la ciudad por su envestidura, pero en el fondo es también codicioso. Esto describe con exactitud a muchos de nuestros gobernantes que asumen posturas populistas para mantener su aceptación, pero muchas de sus obras carecen del rigor técnico porque se acometen para pagar un favor político. En campaña se muestran serviciales y solícitos, pero al ser electos y durante el ejercicio del cargo, se olvidan, inclusive, de muchos de sus lideres electorales, o los atienden de forma farsante. Mientras la gente no desarrolle una conciencia del verdadero sentido de la política, se mantendrán esas prácticas clientelistas en donde lo electores se consideran avispados en vender, al mejor postor, su voto, cuando en realidad son auténticos bobos que frenan el desarrollo de su pueblo y, en consecuencia, el bienestar propio.
Comparto lo escrito por Antonio Chalita Sfair que, en la introducción del libro Calila y Dimna, acota: “A lo largo de todas estas páginas el rey es el centro de la vida. Todo empieza y termina con él. La seguridad, la felicidad y la prosperidad de la nación están íntimamente ligadas a su manera de comportarse, a sus capacidades para gobernar bien, a sus aciertos para escoger a sus colaboradores y a su irrevocable voluntad de respetar y hacer respetar la ley. A su prudencia, a la cual debe estar siempre unida la decisión enérgica. A su bondad que debe andar a la par con la sagacidad. A tales virtudes solo llega a través del conocimiento que tenga de la relación que existe entre nosotros y las cosas, que es el que acaba uniéndolo, para formar una sola unidad vigorosa con todos sus súbditos.”
Con este escrito te invito a conocerte a ti mismo, que es el principio para conocer a los demás. De esta manera se inicia la construcción de un círculo virtuoso de crecimiento personal, pues conociendo a los demás nos conocemos a sí mismo, toda vez que, tal como lo sugiere Baidaba, “La piedra angular de lo humano es lo humano”. Tengamos presente que cada día es un nuevo comienzo en el que toda persona puede cambiar hacia lo positivo y desarrollar nuevas cualidades humanas. Sólo entonces la gente podrá combatir los estereotipos y prejuicios, promoviendo la inclusión y la diversidad para crear una sociedad más justa. Este es el mensaje principal de película Zootopia, que también enseña a la gente a nunca rendirse ante los obstáculos, a ser resiliente y a confiar en el potencial individual para superar las limitaciones con ingenio y recursividad.
No, el vivo no vive del bobo. Quienes manipulan, mienten o engañan podrán tener un gozo momentáneo, pero más temprano que tarde todo se revierte en su contra. La sociedad le reprocha sus actuaciones, y aun cuando se muestre como una persona incólume, los demás despotrican de él y le tratan con desconfianza y desdén; y, algunos se aferran a la consigna: “En juego largo hay desquite”.
Si, es menester que todos seamos avispados, pero en la acepción correcta de esta competencia, con un actuar señero, descollante. Es importante para toda persona estar despiertos, en mantener una agudeza mental y un nivel de conciencia para entender que, con fe, confianza en sí mismo y utilizando el poder interior se puede lograr lo ambicionado, con un pensamiento de abundancia centrado en ganar-ganar con acciones empáticas. para contribuir, en consecuencia y mediante una cooperación sinérgica, con la construcción de un mundo mejor.
Por: CARLOS RAFAEL MELO FREYLE

