Comunidad de Las Casitas despidió a Cristina y su pequeño hijo
Con pancartas, globos y camisetas blancas, habitantes de la vereda Las Casitas en Valledupar, despidieron en medio de un profundo dolor, a Cristina Isabel Rodríguez Cano, de 25 años, y su pequeño hijo Diego Andrés Beleño Rodríguez, de un año, quienes fueron asesinados a machetazos en medio de un hurto en la vereda Mérida, jurisdicción de San Vicente de Chucurí, Santander.
Los cuerpos llegaron desde la tarde del sábado desde Santander, y la comunidad se volcó a las calles para acompañar a los familiares de la joven, quien nació y creció en Las Casitas y cuya muerte duelo en el pueblo. “Esta tragedia duele en el alma, no encontramos consuelo y sólo pedimos justicia para Cristina y su bebé”, expresó uno de los habitantes de la zona.
Ayer en horas de la tarde, ambos cuerpos serían llevados hasta su última morada en el municipio de La Paz, Cesar, previo a un servicio cristiano en la iglesia de Las Casitas. Entre tanto, familiares y amigos piden justicia y todo el peso de la ley para el responsable de esta tragedia.
Por este caso, fue capturado Víctor Camacho Suárez, alias ‘Garra’, de 20 años, al momento en el que comercializaba la motocicleta que había robado a la víctima, luego de ingresar a la finca. Como se recordará, madre e hijo fueron atacados por este sujeto con un machete, al oponerse al hurto de sus pertenencias.
Faride Rodríguez, hermano de la víctima, aseguró que las versiones sobre lo ocurrido son confusas y requieren claridad. “El marido de ella no habla nada, dice que cuando llegó ya estaban muertos; el sujeto que capturaron habla de un dinero… entonces pedimos que todo se esclarezca”, aseguró.
Además de su pequeño hijo asesinado, Cristina deja huérfanos a dos niños más, quienes se encontraban en la escuela en el momento de la tragedia. “Queremos que la justicia actúe y que este caso no quede impune. Mi hermana y mi sobrino merecen verdad y justicia”, dijo Faride.
El hombre no solo les quitó la vida, sino que, en un intento por ocultar el atroz crimen, abandonó los cuerpos en un matorral, cubriéndolos con hojas de plátano.