viernes, abril 19, 2024
Opinión

Convicción no obligación

Por: Enrique De Luque

La nueva normalidad es el motivo del escrito, para ello realice la pregunta a un grupo de amigos, familiares, estudiantes universitarios, del cómo, ellos definían o relacionaban la nueva normalidad, las respuestas de los consultados, me permitió tener aún más claro el propósito de este blog, relacionar la ética con la nueva normalidad.

Nos encontramos en un despertar, sometidos a un sin números de medidas coercitivas para combatir, ese enemigo, que me niego a seguir mencionando, por considerar que ya estamos saturados de escucharlo, verlo y leerlo por todos los medios, esas medidas bien fundamentadas, como un principio, derecho o mandato legal, contemplado en la constitución colombiana (preservar la vida de los ciudadanos). Mucha polémica generó esas medidas, que hoy sin desconocer las lamentables perdidas, se concluye que eran necesarias. Pero estamos aportas de regresar al compartir sin esas normas restrictivas, que es algo así como regresar a la libertad, es allí, precisamente donde intento hacer énfasis, en relación con el sentir frente a esta situación, pasamos entonces de la obligación a la convicción.

Ahora bien, todos con los que interactúe, coinciden con que la normalidad es un comportamiento diferente, en donde somos más conscientes de cuidarnos para preservar nuestras vidas y con ello contribuir a cuidar a los demás, que, la interrelación será por ahora, hasta que llegue la vacuna diferente; convencidos otros que regresaremos o retornaremos a la retro normal una vez aparezca el deseado medicamento que nos inmunice frente a la amenaza, afirman, que se van a reactivar los sectores económicos, regreso al trabajo; percibo una energía cargada de esperanza.

De igual manera suman a los comentarios los valores, sin definirlo literalmente los consultados incluyen en sus respuestas responsabilidad, compromiso, adaptación, actitud, comprensión, orden y respeto; es entonces, donde inicio a relacionar el nuevo mañana, con la ética personal, la cual no puede ser exclusiva de la lucha contra lo que hace seis meses nos obligó a encerrarnos, sino, que al abrir las puertas y salir, la reflexión debe apuntar a la globalidad del concepto ético, para que con ello entonces aflore un nuevo comportamiento social partiendo de un axioma, no debo ser vigilado para actuar bien. Que está nueva normalidad venga cargada de solidaridad, honradez, honestidad, lealtad, tal cual como definen con agilidad el concepto de nueva normalidad. Definamos y apliquemos los valores éticos, no es fácil pero no imposible, debe surgir un nuevo ciudadano más humanizado, humilde y respetuoso de las posiciones políticas y religiosas como también de la raza, esa la conclusión una nueva normalidad un nuevo ser en su actuar integral.

Hoy estamos inmerso en una sociedad donde cada uno se interesa solo por lo suyo, es el momento que procuremos algo por el bienestar de los demás, trazar una ruta para una transformación social. Analizar el comportamiento humano es viable, predecir su actuar es imposible, pero soy un convencido que llego la hora; pasar de actuar de lo individual a lo colectivo. Sin perder claro está, que por naturaleza nuestras acciones son motivadas por un interés.

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