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Santander Durán Escalona, el mejor jinete que ha cabalgado la historia del Caribe

Su historia conmigo comenzó hace mucho tiempo, era apenas una niña que jugaba a ser periodista.Fue mi primer personaje, a quien escogí para una  entrevista; él no lo tomó como un juego, simplemente se prestó  con mucho profesionalismo.Su propia historia inició mucho antes de nacer. Estaba inmerso en el universo de donde viene engarzado el verso en la misma vida, que da vida a la poesía.

Siempre he tratado de dibujar un mapa de su ser,  y para mí,  encaja perfectamente en el poeta soñador, enamorado del amor, en busca de lo desconocido, que hurga más allá del alma. Considero que  no tiene igual; porque no imita, no roba verso, no pide prestado, simplemente va pariendo frases cargadas de sentimiento.

Desde pequeño le dicen ‘El Pibe’, tal vez porque nació en la época de pleno apogeo del tango, y  su tío  ‘Pechín’ Escalona, ‘afiebrado’ por Gardel, le colocó el apodo al primogénito de Abigail, su hermana mayor, una de las más fuertes  ramas  del árbol de la familia Escalona. Una  dulce mujer  que se mueve al vaivén del amor por su familia. Sus cinco  hijos, nietos y sobrinos, nutren ese cariño que cada día le permite continuar descubriendo amaneceres de ternura.

Santander con su madre Abigail Escalona

Su nombre lo heredó de su padre, Santander Durán, un hombre nacido en el antiguo Magdalena Grande, servicial, honrado y trabajador, que llegó a Valledupar, se enamoró de Abigail Escalona y regresó a casarse, para demostrarle que su amor era sincero; como lo hacían los hombre de su tierra y de su raza. El otro apellido, el Escalona, lo heredó de su abuelo Clemente, otro patriarca que también encontró el amor en esta tierra y dio vida al más insigne compositor vallenato de nuestros tiempos; Rafael Escalona.

La verdad no me gusta incluirme en mis propios relatos, y me excusan, pero aquí sí lo voy a hacer. Porque cada canción que desde mi niñez escuchaba del Pibe, me llevaba a imaginar circunstancias de ese pasado de ensueños que muchas veces en su pasaje de hombre enamorado vivía, cuando pícaramente expresaba su querer en un ‘Si tú supieras’, a veces diciendo todo con un ‘Silencio’ o  lanzando ‘Palabras al viento’; para hacer evidente sus sentimientos en la añoranza de una vieja ilusión. O cuando la certeza me mostraba a un ser consumido por la quimera de una ausencia eterna. Ausencia que jamás acabará; puesto que algo me dice, que esa lejana ilusión sigue danzando sobre su alma, besando las sombras de ayer.

Ausencia que me tiene solo
que hasta tu recuerdo se aleja de mí.
nostalgia de mirar tus ojos
de sentir tu cuerpo, de tenerte aquí.
ausencia que seca mis ojos
que inspira mis versos por ti…..

Tal vez, descubrí al poeta que no revela el todo de su musa, solo muestra un símil de ella. Así, ‘como una noche serena de abril, inalcanzable como una ilusión’. De esa forma  vierte recuerdos, después de cantar y reír llorando;  por ese mismo dolor, el dolor de siempre, el dolor de la partida. Es entonces, cuando uno intuye, que a veces la gente huye  de sus propios sentimientos, solo por el temor al apego, de lo  que el destino le  trae para exorcizar la soledad del espíritu. Y de la misma forma que lo hace el libretista de una novela, el trovador prefiere imaginar mil formas de finalizar su historia, moldeándola en su cantar y  desertando de su propia realidad.

Santander buscando otro título en el Festival Vallenato 2007
Y en la oscuridad, tú te alejaste llevando mi vida
mientras la ansiedad, por retenerte se hizo más sentida…
después amor, aquella noche cuando tú te fuiste
lloré en silencia y mi sonrisa triste
bajo la luna, bajo la luna se volvió canción.
El cantor entre juglares

Otro ser que logré vislumbrar atrapado en la atarraya de su cariño, es  ese abuelo legendario que jamás se aparta de sus relatos. El mito que le da un aire de complicidad y veracidad a lo que cuenta; ese mismo abuelo que se involucra en el amor, que viaja a través del tiempo, que se escapa de las cadenas de la esclavitud y  que muere para seguir viviendo.

 

El poeta entra su madre y su tío Rafa
En el arcón, donde se guardan las cosas de ayer
voy a buscar aquel viejo papel
donde el abuelo le cantó al amor
pero hay amor, entre los versos que escribió el abuelo
encontraré quien me brinde el consuelo
para cantarte, para cantarte mi mejor canción 
Tres generaciones: Santander, su madre y su hija María Elisa

Como esas, son muchas historias de vida, de amores y desamores que solo el cantor guarda en sus momentos. Sin embargo existen otros relatos cantados fascinantes, que narran historias de cantores,  añoranzas, lamentos, despojo, de mitos, de leyendas, de valentía de nuestros nativos y la forma de revelarse contra el español. Su forma de cantar la vida es única, su manera de rescatar historias es insuperable. Entre esas canciones cada una tiene un motivo, una investigación y casi todas un premio, convirtiéndose en el único compositor que ha ganado en cuatro oportunidades el concurso de la canción inédita en el Festival Vallenato.

Indiscutiblemente una canción  que pisó fuerte, en plena fiesta de acordeones en el año 2000, fue ‘Cantares de vaquería’; ahí Santander Durán con esa exquisita forma de  contar el cuento, de cómo  se  cruzaba el ganado de un lugar a otro, recordando al génesis de la música de acordeón, se alzó con el primer puesto en la canción inédita.  Pero antes, en 1971, ya había logrado el galardón con ‘Lamento Arhuaco’, canción que  recoge el descontento propio del hombre que ama su cultura, su gente y busca la reivindicación de nuestros valores. Luego en 1987 hizo lo propio, con  ‘La ‘Canción del Valor’; donde describe a Perigallo, ese Cacique valiente, que prefirió la muerte antes que caer nuevamente bajo el yugo español, después de haber dominado por corto tiempo este territorio y haber demostrado que si se podía.  Santander Durán, cierra su racha de triunfos con broche de oro en la canción inédita,  en el año 2007, coronándose  Rey de Reyes, con su linda poesía ‘Entre Cantores’, una oda a la amistad y a las serenatas de antaño, descubriendo el amanecer.

Con su madre Abigail y sus hermanos Stella, Franklin y Leonor
Anoche el canto de mis compañeros
tenía motivos para celebrar
por el encuentro de doce troveros
y los amores que no morirán
porque otra noche, bajo el mismo cielo
podamos juntos volver a cantar 

Este romántico rebelde, que siempre ha tenido un apoyo en su hermana Estella, logrando una singularidad  de un perfecto acoplamiento;   con su voz suave como la brisa del Guatapurí, inculcó desde mi  infancia el deseo a indagar  sobre un suceso que tocó de cerca a su padre, y que lo obligó a cantar el dolor de la región de sus ancestros. ‘Las Bananeras’ es sin lugar a dudas el relato más sublime  de la devastación de un pueblo. Es el homenaje más hermoso al sufrimiento humano, es la forma de contar la guerra y sus secuelas enlazando  el  futuro con un algo de  esperanzas.

‘Las bananeras’ representa el dolor, simbolizando así mismo,  lo que también se perdió en un abrir y cerrar de ojos. Al igual que al  inicio, cada canto conecta su sentir para finalmente  fusionar un solo sentimiento.

Con su inseparable hermana Stellita
Se fueron, se fueron las bananeras
explotaron,  explotaron la nación
solo quedan los recuerdos de quimeras
añoranzas de otras eras
hambre, deudas y dolor
porque allá en la zona Bananera
allá sufre sin quejas un pueblo soñador
que nada ganó al pelear dos guerras, ay
solo que hoy olviden su dolor ….
‘Ausencia que nublas mis ojos, que inspiras mis versos por ti’

Hoy me atrevo a jurar,  que Santander Durán Escalona, es el mejor jinete que ha cabalgado la historia de nuestra región Caribe a través de sus cantos cargados de pasión y de mucha historia,  con una armadura  invisible  que le ha permitido resistir el dolor de ausencia cada vez que intenta taladrar su pecho. Me atrevo a asegurar, que este jinete seguirá avanzando por los caminos empinados y polvorientos de un alma enamorada;  tropezará, se levantará de nuevo y vivirá eternamente en el tiempo de una vida, porque la gente de su estirpe macondiana, conjura el olvido y  eterniza su existir.

tarynescalona@gmail.com
@Tarynescalona

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