Adiós a Parodi, un ejemplar del embrujo macondiano
Fue un vendedor de ilusiones que le llevó suerte a muchísima gente en su largo periplo como propietario de su rifa Pinar del Río, la que ofrecía a una selecta clientela dentro de quienes estaba un grueso número de políticos y familias prestantes de Valledupar
, quienes lo apreciaban por su locuacidad y por ser un cazador de noticias con desenlaces novelescos dentro del macondiano bochinche de la provincia, los que narraba con pelos y señales porque decía no temerle a nada, ni a la muerte.
Pero ese desafío, lo acaba de perder nuestro amigo Agustín Parodi Acosta, la parca se lo llevó después de una batalla contundente en la que caía y se paraba, solía ‘ensombrerar’ su dolor y desafiar las calles en pos de la clientela a la que le repetía y repetía los sorteos hasta quedar en poder del público. Ese era su eslogan, el que le dio el matiz de seriedad a su empresa de azar.
Tal vez nunca fue a Cuba, pero hizo célebre el nombre de Pinar del Río, ese que le endosó a su rifa, que se volvió sonoro en las ondas hertzianas de Radio Guatapurí, donde solía anunciar sus sorteos antes y después de jugados. Tampoco conoció a Fidel, pero fue un revolucionario en sus lides de comerciante de sueños, de eso vivió y en eso murió Agustín, quien ni en su lecho de enfermo se desprendió de su radio en el 740 de su emisora preferida.
Parodi, como lo llamábamos coloquialmente era en la práctica otra emisora, conocía al dedillo los acontecimientos sociales políticos y judiciales de la ciudad, conocía prontuarios e inhabilidades, medía sintonía de las emisoras, sabía la que estaba ‘enterrada’ y a quien escuchaban, sabía la calidad de locutores y periodistas con una visión ministerial.
Solía narrar los aconteceres de la vida social de los estratos pudientes, conocía sus dos y hasta tres nombres y apellidos, hablaba de sus extractos bancarios y los que asistían a los clubes por apariencia, eso le causó algunas malquerencias, pero siempre repetía, que el día de morir era uno.
Adiós para este singular personaje con quien tanto compartí y en ocasiones mi cliente comercial. Seguidor a rabiar de Alfredo Gutiérrez a quien siempre llamó en su particular expresar, ‘El marío de los músicos’.
Paz en tu tumba Agustín Parodi, fuiste tan fonsequero como cualquiera que así se sienta, y llevaste por dentro de tus entrañas sabor a pueblo, de esa tierra hermosa donde nacieron tus ilusiones inspiradas todas con tus ideales, tus pasiones.
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