viernes, abril 19, 2024
Crónicas

Escalona y Diomedes, dos monarcas del folclor nacional

“Ahora he quedado ni paloma errante, cuando el muchacho va y le rompe el nido, recogiendo los pedazos perdidos, para hacerlo mejor en otra parte”. Rafael Escalona

Cuando el Maestro Escalona hizo esta canción, los agricultores de La Provincia vivían tiempos felices y difíciles al mismo tiempo, parece contradicción, pero tiene su explicación. Desde entonces el vallenato tiene su alta cuota de consideración y acción en la vida de los vallenatos de todos los tiempos. Patillal es un pueblo de poetas y de encantos, fue allá donde Freddy Molina,  cantor menor que Escalona dijo: como hojas secas quedarán todas las canciones que quiero, ya en el mañana no se oirán, la vida cambió con el tiempo.

Por esas mismas sabanas de Patillal, Diomedes Díaz hizo sus primeros  cantos, algunos se perdieron entre las brisas. “Entre La Junta y Patillal, sobre lomas y sabanas, cantando versos del alma cuando empiezo a recordar….diría Diomedes, años después. El mismo Cacique de La Junta, en “La Sombra” y refiriéndose a temas vitales, dijo: o de pronto será el sol, que dibuja en la tierra, pa’ que comprenda que ella, siempre será lo que soy, y que de pronto me voy, y ni la sombra me queda.

El 26 de mayo es el día que nacieron Escalona y Diomedes, dos grandes del vallenato. Ya eso lo sabe el país, pero hay muchas coincidencias en el calendario que tal vez ellos nunca discutieron, porque las fechas marcan con su tinta indeleble un  reto: El destino. Amores y olvidos, la vida y lo que pasa después. A los hombres no los olvidan al morirse, los matan es cuando ya no los recuerdan, dicen los poetas occidentales. Escalona es inolvidable, está pegado al sentimiento vallenato, Diomedes vive imbricado en los corazones de su pueblo.

Cuando nace Diomedes en 1957 Escalona tenía 30 años. Era un potro lleno de amores y desamores, el galán de las regiones del Valle, precisamente en ese año compuso “La Brasilera”, pero si no me quiera besar, cojo mi camino y me voy. Era entonces un rompecorazones. En otro verso de la canción dice el Maestro, mañana  la voy a buscar, pero si no me encuentro con ella, cojo avión para la frontera, porque como ella es brasilera, puedo haberse ido para allá.. Y siguen las contradicciones, se va o se queda. Curiosamente en 1977 Diomedes graba una canción llamada “Me deja el avión” tenía entonces 20 años. Y yo le diré con permiso señora, que voy de carrera y me deja el avión. Ambos eran poetas, ambos vivían en las nubes, incluso Escalona intentó hacer su casa en al aire.

Ninguno de los dos, tuvo en cuenta que el 26 de mayo, pero de 1802, Simón Bolívar se casó con María Teresa del Toro, que era mayor que El Libertador, hacia 121 años cuando nace Escalona y 155 cuando nace Diomedes. Otra curiosidad, Diomedes también se casó con una mujer mayorcita que él. Escalona y Diomedes, ambos nacieron un día lunes, por alguna loca razón los verdaderos parranderos terminan los lunes sus celebraciones en un homenaje camuflado por la casualidad.

Algún capricho indica que el 26 de mayo  la compañía Ford Motor deja de producir el Ford T, e inicia la producción en serie del Ford A,  técnica que la empresa Chevrolet acogería más tarde para la industria y en los años 50,s Escalona condujera felizmente un Chevrolito para sus negocios y amores, y el que le pida un cupo.. va pa’ atrás!

Muchos expertos vallenatólogos sugieren que el “Día del vallenato” debería ser el 26 de mayo, conmemorando la fecha de nacimientos de éstos dos monarcas del folclor nacional. El acordeón que acompaña sus cantos, coronas sus reyes durante el Festival de la Leyenda Vallenata. Otra curiosidad, el 26 de Mayo de 1805, Napoleón se corona rey de Francia. Ya saben que Napoleón tuvo su Josefina, pero estos cantores, tuvieron  varias.

Que hay en un nombre. Clemente y Margarita fueron los padres de Escalona, la hagiografía católica dice que el Papa Clemente sufrió por ahogamiento en el mar. Escalona  en su canto “La creciente del Cesar” dice:  Yo vi al río Cesar traer en su corriente a un ahogao, era un hombre que iba a ver a su novia al otro lao.

La historia está llena de reinas Margarita, incluso los enamorados, aún en estos tiempos de internet, deshojan margaritas, lo que indica el romanticismo de este par de juglares, en el  caso, de Escalona viene de cuna, hasta en los nombre. No es Casualidad que el papá de Diomedes se llamaba Rafael.

Ya es de nuevo 26 de Mayo. Escalona, el Grande  no puede pasar al olvido, al igual que sus  personajes, La vieja Sara, Tite Socarrás, Juana Arias, Miguel Canales, El Pintor Molina, El General Dangond y otros, están en la mente de los que queremos y escuchamos sus cantos. En los escritores, quienes siguen la vida de los personajes se  llama, “Síndrome de K” en homenaje al  Raskolnikov personaje de Dostoievski, no sé cómo se llamaría este fenómeno entre los vallenatos. Se las dejo ahí, diría Diomedes.

Entonces recordar estas vidas paralelas  y equidistantes en el folclor, tiene su curva melódica entre los vallenatos de ayer y de hoy. Esas vidas entre cantos y alegrías se cruzaron muchas veces en circunstancias y tiempos. Como  los triángulos escalenos que tienen sus lados desiguales, Escalona y Diomedes tienen seguidores etarios. Pero se reúnen en sentimiento. “Honda herida” del Maestro, en la voz del Cacique, puede cantarse a dúo: Solamente me queda el recuerdo de su voz, como el ave que canta en la selva y no se ve, con ese recuerdo vivo yo, con ese recuerdo moriré.

Eso creen ellos, que murieron, tal vez por las prisas de sus tiempos y por andar entre las nubes, olvidaron que son inolvidables. Rafael Escalona Y Diomedes Díaz  renacen cada instante el  sentimiento vallenato, es la Estrella de Patillal que los guía. Y que nos guía.

Por Edgardo Mendoza Guerra
Especial para El País Vallenato

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