jueves, marzo 28, 2024
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Medellín recuerda a Gardel, 82 años después de su muerte

Seguidores de Carlos Gardel se reunieron en la avenida más ‘tanguera’ de la ciudad, a pocos metros de la Casa Museo Gardeliana, para recordar con cantos, flores y pintura al «Zorzal Criollo» en el aniversario 82 de su muerte.

El homenaje, realizado en el marco del XI Festival Internacional de Tango (Festitango) y con La Cumparsita como cómplice, empezó con el habitual ritual de imposición de flores a la estatua de Gardel levantada en su honor hace 52 años en el barrio Manrique de la capital de Antioquia.

Gardel murió en un accidente aéreo el 24 de junio de 1935 en Medellín, después de que la aeronave en la que viajaba con miembros de su orquesta, chocara durante las maniobras de despegue en el aeropuerto de Las Playas, actual Olaya Herrera.

Del público saltó el primer espontáneo para cantarle al artista que se convirtió en un mito, y reiterar con su interpretación que «el tango no tiene fin, no crean eso muchachos, pues vive en Medellín» con la fuerza del «Zorzal».

En el acto dedicado al «más grande de los grandes» lo inició con esa frase el director del Festitango, Julio César Sierra, con la venia del Cónsul de Uruguay en Colombia, Martín Lorieto, quien señaló que este tipo de actos son «especiales y nos tocan como uruguayos».

«Gardel está en el ADN de cultural de Medellín», agregó Lorieto antes de darle paso a los tangos que rememoraron los asistentes, varios de ellos extranjeros que se aventuraron a cantar pedazos de esas canciones que sienten como himnos, entre ellas «Volver» y «Por una cabeza».

Como espectáculo central apareció la actriz y cantante argentina Susana Tejedor para pagar una «deuda con Gardel» visitando Medellín, el lugar del que nunca se quiso ir el «Zorzal», para cantarle con una interpretación desencarnada temas como «Soledad» y «Golondrinas», que hicieron vibrar a las decenas de seguidores que cumplieron la cita de cada 24 de junio.

«Este es un viaje hecho con mucho amor y deseo. Con mi esposo prometimos venir cuando nos jubiláramos. Vine a Medellín a agradecerle a Gardel los 40 años que llevo con la música. Ha sido algo emocionante poderle cantar y ver la forma en la que este pueblo maravilloso disfrutó mi actuación», dijo Tejedor.

La artista, que durante años perteneció a la orquesta de Tito Ferrari «Las Voces de Buenos Aires», compartió el improvisado escenario callejero con su esposo, Francisco Acuña, quien se encargó de poner una de las ofrendas florales para homenajear al hombre que dejó huella en el alma de los tangueros de Medellín.

La Casa Museo Gardeliana se concentró en transmitir el legado de Gardel en los grupos de semilleros con la puesta en escena de baile, como es la tradición.

Pero en este año, en el que participa en el Festitango con una exposición de La Cumparsita en su centenario, quiso ir más allá y se ocupó de enseñar a niños técnicas de pintura y escultura para que con sus manos recrearan su propia versión del «Zorzal».

«Nos dedicamos a crear en un taller imágenes, retratos de Gardel y toda la iconografía tanguera para enriquecer un poco la cultura a través del tango», explicó el artista plástico Carlos Tobón, quien dirigió a 40 personas junto a un compañero que se encargó de elaborar con niños estatuillas del «Zorzal».

«A los niños les llama la atención saber quién es ese tal Gardel que le mencionan los abuelos y padres», contó Tobón.

Los retratos elaborados por los participantes en este taller serán enviados a una fundación en Uruguay para formar parte de una exposición itinerante que los llevará por varias ciudades para conectarse con un país que ama a «Carlitos» de la misma forma que Medellín. Con CM

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