viernes, marzo 29, 2024
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Los tentáculos de la ‘mafia’ sobre el vallenato

La música vallenata históricamente ha estado rodeada de estrellas, éxito y dinero ilícito, dinero que en la mayoría de ocasiones es regalado a los artistas porque son graciosos, cantan bien, tienen carisma o simplemente son del agrado del “patrón”.

No es mentira que el vallenato tiene grandes apegos al narcotráfico, los ‘capos’ o los ‘traquetos’ caen unos y aparecen otros. En esta década no pasa como el furor de la década de los 80s o 90s, no, pero todavía los hay y con bastante afinidad para nuestro género.

El caso de Beatriz Isabel Castro Pérez, conocida como ‘Mama Beatri’, a quien la  Fiscalía señala del delito de presunto engaño a más de 140 personas por un valor superior a 16.000 millones de pesos por ofrecer en medios de comunicación bienes inmuebles en remate. A ella la relacionan con Jorge Iván ‘El Churo’ Díaz, como su excompañero sentimental, pero no solamente el beneficiado sería este cantante hijo de Adanies Díaz. Al parecer entre las evidencias de la Fiscalía, entregas por Castro Pérez, existen giros enviados a otros artistas vallenatos, a quienes ella les pagaba por un saludo para sus hijos. Y las grabaciones confirman esta hipótesis, Kvrass (‘La patineta loca’), Diomedes Díaz, Peter Manjarrés, ‘Beto’ Zabaleta, Iván Villazón, ‘Poncho’ Zuleta, Silvestre Dangond, ‘El Mono’ Zabaleta, Farid Ortiz, Martín Elías y muchos más la mencionaron en sus productos.

De ella especulaban sobre su fortuna. Primero la relacionaron con un esposo narcotraficante, después argumentaban sus trabajos como pitonisa para grandes traficantes, pero finalmente el negocio estaba en bienes raíces, especialmente en la adquisición de dinero de pensionados, personal de las Fuerzas Militares y discapacitados. Lo cierto fue que regaló vehículos de alta gama a algunos acordeoneros (especialmente nacidos en San Diego, que los vendieron una vez se conoció la captura), representantes o managers (los más reconocidos del folclor), donó relojes costosos, dinero en efectivo y se llevó compras y viajes a locutores que eran de su agrado (están entre San Juan del Cesar y Valledupar). Los nombres son voz populi entre el gremio, pero quizá en esta nota no puedan mencionarse hasta tanto no haya pruebas. En unos años esos mismos beneficiarios salgan a aceptarlo cuando la ‘marea’ haya bajado.

Antes de ‘Mama Beatri’ estaba Camilo Torres (alias ‘Fritanga’), que fue capturado (2012) por la Policía Nacional cuando celebraba su matrimonio en la isla Múcura, a dos horas de Cartagena. La parrilla de artistas fue organizada por un cantante guajiro, quien se encargó de pagarles a Jean Carlos Centeno, Iván Zuleta y Silvestre Dangond, entre otros íconos de la música urbana. Torres era menos conocido y uno de los saludos recordados fue el de Iván Villazón con Iván Zuleta, en la canción ‘Eres todo’ que está incluida en el álbum ‘Pa’ que te enamores’: “Compadre Camilo Torres y su ‘Dianita’ Salazar, ¡que viva el amor!”.

Pero también muchas personas recuerdan el tan famoso saludo, que difícilmente era excluido en las grabaciones: “Para Jornada, Fabiana, Fabio Fabio, Fabio Jr. y Fabiolita Gutiérrez, los hijos de mi compadreeeeee”. Ese compadre era Fabio Javier Gutiérrez Pacheco, un narcotraficante guajiro apodado ‘Cañarete’, quien fue asesinado en agosto de 2008, junto a otras seis personas en el paraje Ojo de Agua, cerca de la ciudad de Baní, en el sur de la República Dominicana.

“‘Cañarete’, un reconocido narcotraficante de La Guajira que tenía su base de operaciones en el Cabo de la Vela, había decidido negociar y transportar directamente la droga por países del Caribe rumbo a Europa”, dijo un informe de las autoridades. Entre los artistas preferidos de Gutiérrez Pacheco aparecían Omar Geles, Saúl Lallemand, Silvestre Dangond, Rolando Ochoa, José Darío Orozco y ‘Churo’ Díaz. Regaló de todo, pero también recogió muchos accesorios cuando en una ocasión estaba acorralado y necesitaba dinero para cubrir gastos. A un rey vallenato lo ultrajó y hasta le alcanzó a fracturar la cabeza.

Lo del dinero fácil en el vallenato no es nuevo. Algo seguro es que son más los eventos ocasionales que los músicos se topan con este tipo de personajes, que los planificados. Es muy difícil hacerse amigo hoy en día de un “capo”, porque ni las fiestas con excentricidades pueden realizar.

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